En su primer intento son descubiertas por Amina, hija de diplomáticos egipcios, que, en vez de denunciarlas decide unirse a ellas. A partir de ahí sigue el clásico desarrollo: atracos cada vez más osados, dificultades para ocultar el botín y avances de la policía.
Pero no es la trama lo más importante, sino todos los mensajes, simples para los suecos, pero enrevesados para los que no son de allí, que saltan continuamente.
Djursholm es no solo el barrio más rico de Suecia sino un lugar del que sus vecinos están orgullosos y lo demuestran a diario. Por circunstancias de la vida viví en Djursholm entre 1974 y 1978 cuando estaba destinado en la embajada española. Mi mujer, sueca, había conseguido la espléndida casa a un buen precio, porque el propietario acababa de ser destinado como agregado militar en Washington y quería garantía de que al finalizar su destino podría volver a ella. Su mandato y el mío coincidían, por lo que éramos los inquilinos ideales.
Como es lógico también es rico el Ayuntamiento. Con la casa venia un atraque gratuito para el barco ¿Quién no tiene barco en Djursholm? y la llave de una magnífica sauna comunal al borde de un lago. Una de las playas locales se llama Barracuda.
En la serie toda la vida social se hace en el barrio: fiestas en sus casas, en las de los vecinos o en restaurantes locales -en Djursholm no hay bares-. Incluso el intercambio de parejas es endogámico.
Las chicas tienen un aire altivo e inaccesible propio del lugar. Ellas deciden si quieren o no quieren acostarse con el vecino de turno. Hay mucho sexo, pero no explicito. Ellas, tan guapas, no enseñan nada ¡que vulgaridad ¡. En Suecia el nudismo o el toples se practica solo en lugares acotados y vallados o en la soledad de las rocas. Son los padres los que intentan hablar con ellas sobre asuntos sexuales, pero ellas se niegan a seguir esa conversación. Cuando Mia y Frida, que son hermanas, le dicen a su madre que su marido se acostó con el padre de Lollo, ambos progenitores sonríen condescendientes asegurándoles que son solo pequeños juegos.
Nadie se extraña de ver a Lollo , que no llega a los 20 años, conduciendo, melena al aire y con gafas de sol, un Rolls Royce rojo y descapotable, por supuesto robado, lo que fuera del barrio provocaría un escándalo.
Poco a poco vamos comprendiendo que la verdadera protagonista de la serie es Margareta , que es la que maneja los hilos cuando las cosas se desmadran . Una de las mejores escenas es cuando su marido, Lars , le dice que quiere el divorcio porque se está acostando con Viveca, la madre de Klara y Frida, a lo que ella, impasible desde su imponente, fría y madura belleza nórdica, le responde que no sea chiquillo, que por supuesto está al tanto y que no será por mucho tiempo -efectivamente Viveca abandona a Lars al poco tiempo- y que lo importante es la familia.
En una vuelta de tuerca más, tanto la directora de la serie, como la guionista nos demuestran que nada es lo que parece. La magnifica Margareta, sueca entre las suecas, está interpretada por la modelo y actriz polaca Izabella Scorupco, mientras que la egipcia Amina lleva el nombre de Sarah Gustafsson, que es algo así como aquí Conchita Rodríguez. Y para poner algo de humor, especialmente en España, la bellísima Lollo es interpretada por la actriz local Alva Bratt, que adoptó el apellido de la madre porque el del padre es Frankenstein, de origen alemán.
En la serie queda claro que la época en la que transcurre, mediados de los 90, se caracterizó por ciertos excesos tras los largos años de una socialdemocracia calvinista en lo social y con una agresiva política fiscal. Hoy el péndulo ha vuelto al centro. No cambia mucho si el gobierno es conservador o socialdemócrata. Es el sistema el que es socialdemócrata, tendencia moderada.
Si (
No(
