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Opinión: “Desde Mi Rincón o Despacho...”

“Camba y Gastronomía olfativa”

Por J.M.M. Caminero
martes 11 de abril de 2023, 21:26h
11ABR23 – MADRID.- Toda realidad humana tiene múltiples dimensiones y explicaciones, dicen, que la Naturaleza con el abordaje de la ciencia solo tiene unas pocas perspectivas… No vamos a discutir la enorme creatividad humana, individual y social y colectiva y cultural, a lo largo de los siglos y milenios. Tal es el grado que nos lleva a una cuestión o tema o dato a resolverlo de decenas de modos diversos o diferentes, entenderlos de diversos modos, concretizarlos de diversas formas y maneras, y, de explicarlos también. Por lo cual, la gastronomía o el plato o el puchero o la sartén o la comida tiene múltiples formas e interpretaciones. Desde luego, la inmensa mayoría buenas y correctas y adecuadas…
“Camba y Gastronomía olfativa”

Uno, de los aspectos, no solo son los alimentos en sí, y sus proteínas y calorías y vitaminas y minerales, sino también dos realidades: la olfativa y la plástica-visual. Un plato, ya cocinado y ya presentado delante de una garganta con hambre de estar y de ser alimentada, tiene esas dobles perspectivas: el olor y la imagen/percepción visual, no solo el sabor, ni solo la energía alimentaria que lleva implícita e inserta. Diríamos que la comida es la combinación de energía más sabor más olor más imagen…

Todos los días tenemos que respirar, tenemos que vestirnos, tenemos que alimentarnos. Todos los días. Y, esta es en realidad la esencia de la historia, el sujeto elíptico de la historia de todo individuo, que se concretiza en satisfacer las necesidades primarias, los psicólogos y antropólogos y sociólogos explican que las necesidades primarias del ser humano, desde hace decenas de miles de años, son: la comida, el vestido o ropa, el cobijo o casa, el fuego o el calor, la sexualidad o procreación. Y, después, indican que los humanos tenemos y necesitamos lo que denominan necesidades secundarias y terciarias…

Pero qué suele suceder, que toda necesidad primaria, la comida, se reviste-viste también de objetos y fines e intereses secundarios y terciarios. Porque comer es una necesidad primaria, en la forma que sea, en todas las especies animales, desde el animal más pequeño o unicelular, al policelular, entre los que nos encontramos… Pero nosotros lo rellenamos de otras variables y funciones y finalidades: la comida tiene un elemento estético y de belleza y de forma y de colores y de sabores y de gustos y de olores… también variables económicas, políticas, sociales…

En El ABC del uno de febrero de mil novecientos cincuenta y nueve, el egregio y eximio y notable y excelente columnista Julio Camba, publicó un artículo titulado Gastronomía olfativa… Cierto es, que en aquella época, ya estaba el escritor que comentamos y honramos y alabamos y loamos y homenajeamos, JCA, ya estaba en su etapa final, pocos años después, la campana del tiempo en esta tierra se le terminaba. Pero no olvidemos la situación compleja, de aquel año, cuatro lustros de terminar una cruenta incivil guerra civil ibérica, tres lustros de terminar una cruenta guerra civil europea…

Ha caído mucho agua desde ese día que Camba nos regaló esta columna. Desconozco si en algún lugar de la geografía española o mundial se haya producido este hecho que narra el narrador-analizador, Camba, salvo en el siglo de oro de la literatura de la picaresca española. Porque creo que este hecho narrativo está tomado o inspirado en el famoso Lazarillo de Tormes.

Porque al final, no lo olvidemos, toda la literatura hispánica, esencialmente, surgió y se creó hace cuatro siglos, todos los demás, hemos sido añadidores de algunos detalles. Todo está, hasta ahora, en Cervantes, Quevedo, Góngora, bajo mi modesto entender. En cambio Francia y Gran Bretaña, crearon algo nuevo en y con Proust o con Joyce… pero nosotros, estamos anquilosados en los Austrias de hace cuatro siglos, en el terreno de la cultura y Cultura, además de también de otras instituciones –quizás, por eso, no nos adaptamos totalmente bien, al mundo moderno, con un corte luterano eminentemente importante y esencial, pero ni Quevedo, ni Cervantes, ni Góngora, ni Lope de Vega, ni Calderón eran luteranos, ni calvinistas, ni zwinglianos-.

Yo, percibo cuando uno visita las tascar, bares, restaurantes, cantinas, tascantinas –palabra que alguien ha inventado, y la ha puesto en el dosel de su establecimiento, aquí en mi ciudad de residencia y habitabilidad…-, que muchas personas antes de degustar el plato del día, la tapa del día, la ración del día, la observan, antes de clavar el palillo o el tendedor, se fija visualmente en ella, a veces, comenta con el contertulio, haciendo un inciso en la conversación equis que sea, y, la sistematiza con sus sentidos perceptivos visuales, pero también, unos de forma más adecuada y racional y equilibrada, y, otros sin miramientos la huelen, acercan su nariz a ese trozo de alimentos.

Existen dos variedades, unos bajan su tez y torso y nariz al plato, en ese viaje del tenedor/palillo hasta la caverna de la boca, y, otros, levanta la mano y dedos, sin casi movimiento descendente del rostro –evidentemente, depende de tipo de alimento, no es lo mismo, una tapa de paella, que un trozo de jamón o de queso, con pan o sin pan…-.

Pero debo indicarlo, muchos, para aparentar que tienen un gusto exquisito, trocean con sus dientes un poquito y dejan el palillo con la tapa, muchos que piensan o sienten que no deben agrandar sus estómagos, apenas lo prueban, quizás para demostrar al público que les acompaña, que hacen todo lo posible para estar con la línea de peso ideal, otros, quizás para aparentar que tienen gustos exquisitos, o que están en niveles sociales más elevados, no pueden degustar comida de pueblo en terrazas de la plaza del pueblo, otros indican que les falta sal o les sobra perejil...

Pero después que ha terminado el toreo de los sabores y colores y olores de las tapas, uno percibe, que se van alejando contorneando piernas y manos y melenas, uno se da cuenta, que casi siempre se han dejado medio plato sin saborear. Alimentos para tirar. Y, uno, siempre le viene a la cabeza, que hace ocho décadas, sus abuelos o bisabuelos, formaron una gran corrida con muerte en el suelo patrio, simple y sencillamente porque unos/muchos tenían hambre, hambre de verdad no hambrcita, sino hambre de hambrear, unos y muchos y algunos…

Porque toda guerra civil, es solo eso, es tener hambre, la produce el hambre, y, después se rellena de unas banderas u otras… ¡Y, el plato de comida es solo eso: energía, sabor, gusto, olor, imagen…! ¡En toda guerra está el hambre, después se rellena de banderas…! ¡…! ¿…?

http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (27 marzo-05 abril 2023 cr).

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