Cuando el juez Manuel García-Castellón le recuerda que, según ella, hablaron de un supuesto espionaje al Partido Popular, entre otras cuestiones, ella asume que eso puede que no sea una "conversación social" y añade que, en cualquier caso, ella no le hizo ningún "encargo profesional".
Por su parte, el empresario Ignacio López del Hierro, marido de Cospedal, aseguró al juez que él no tenía capacidad para hacer encargo alguno a Villarejo, ya que ni siquiera es militantes del PP. Así, aseguró que en la reunión que mantuvo con su mujer y el policía en la planta noble de Génova en julio de 2009, en pleno estallido del caso Gürtel, le despidió preguntándole si estaría dispuesto a hacer "trabajos puntuales" como una forma de cortesía, ya que Villarejo decía que no estaba en activo.
López del Hierro confiesa que conoce al comisario desde los años noventa y que del chófer, Sergio Ríos, solo ha oído a hablar con posterioridad al espionaje a Bárcenas y "fundamentalmente" en los medios de comunicación.
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