“¿Cómo juzgar el valor de una obra de arte”

Sin entrar entonces, en obra de su taller o de su escuela o imitación del autor, o simple plagio, o falsificación, que son conceptos que nos llevarían muy lejos, pero que están dentro de la cuestión que estamos tratando.

Preámbulos.

La gran pregunta, sea el arte que sea, literario o plástico o musical o gastronómico o..., ¿existe o podría existir un modo o metodología más recto y más justo y más verdadero para juzgar, si una obra de arte es arte o, al menos, darle un valor de cero a diez, aunque fuese aproximado…?

Pondremos el ejemplo, del arte plástico, pero pienso que lo que se indique en este modesto artículo o columna es aplicable a cualquier rama del arte o de las artes, a cualquier autor, de ayer o de hoy o de mañana.

No voy a citar en esta columna, como en tantas he hecho, autoridades, nombres, libros, tesis doctorales, autores, y, salvo alguna excepción nombres de artista… Es más, diré y expresaré todo en general, para plantear, si en este torbellino-barahúnda-galaxia del arte, especialmente, del arte plástico, en el cual, cada obra tiene un valor económico importante, puede ser un fondo de inversión, de cristalización del dinero y, por tanto, de inversión.

Análisis.

¿En esta enorme complejidad de valorización del arte, se podría encontrar unas metodologías más justas y equitativas para dar un valor más aproximado a un autor, a una obra de arte, a una tendencia o, podríamos continuar con esta enorme “anarquía del valor artístico”, sepultado en todas las tendencias posibles?

¿Puede que existan actualmente vivos y trabajando, un millón de autores y autoras de arte plástico en el mundo, puede que realicen, aunque solo sea diez obras cada uno, diez millones de obras de arte cada año, entre todas las tendencias, estilos, temáticos, estéticas, manifiestos…?

¿En toda esta vorágine de tendencias, estilos, obras, autores, tendencias se puede encontrar una mínima metodología o metodologías que pongan orden en todo el conglomerado mundial del arte? ¿O se continúa como hasta ahora, valorando y revalorizando y juzgando como hasta ahora diríamos, lo que se “denomina el mercado del arte”, que se parece más al siglo diecinueve, cuándo este concepto se empleaba en mercancías, sin regulación, sin valorización, etc.?

¿Millones de obras de arte, se hacen cada año, millones de años de obras de arte se pierden-deterioran-destruyen cada año…?

¿Podría encontrarse alguna solución a este problema…? ¿Entre tanto que se produce, puede que algunas obras, tendencias, autores, no tengan apenas valor, puede ser, que en ese mar de inflación e hiperinflación de obras de arte, otras tendencias, obras, autores y autoras tengan mucho y apenas se les valoren, y, por tanto, están condenados a la destrucción de sus obras, sus manifiestos, el olvido de lo que han realizado, cuándo claramente la destrucción poco a poco…?

Soluciones posibles.

La primera cuestión es plantear el problema, en arte y las artes existen un grave problema. De continuar así, incluso el mismo mercado se puede ver arrastrado al abismo, es decir, una actividad o conjuntos de actividades, convertirse en una anarquía tan grande y tan grave, que termine con el mismo arte, porque no se pueda valorar de verdad lo que de verdad puede tener valor o podría tenerlo, sin menoscabo de juicios del futuro.

Segundo, al plantear el problema existente se busquen soluciones aportadas por departamentos universitarios, galeristas, marchantes, críticos, artistas, coleccionistas, etc. De tal modo, que se encuentren soluciones posibles y potenciales.

Tercero, se creen formas de materializar las sugerencias que se expliquen o expliciten, se recojan ideas y sugerencias, se estudien y se analicen. Y, que grupos de investigadores, críticos, analistas, etc., empiecen a valorar, aplicar soluciones, metodologías, juzgar, etc.

Cuarto, yo planteo presento la siguiente solución o respuesta, a matizar, pero que podría presentarse del siguiente modo.

Una entidad equis, formada por cien personas, que se consideren, especialistas en arte o artes, que dicha entidad o institución tengan, un nombre, un lugar virtual, al menos. Que tenga unos estatutos y unas normas. Regida por un consejo de personas, cinco o siete personas. Dirijan un comité discreto.

Que a su vez, hayan invitado a un número de expertos en arte, que sus nombres sean secretos, solo conocidos por dicha comisión. Pero que existan sistemas internos de control.

Y, que esos expertos, juzguen, den valor, del cero a diez, cada uno, en secreto y discreción máxima, a autores u obras, del gran mercado del arte, incluso artistas o tendencias. Pero es más fácil a obras de tal modo.

Que al final, se indique un veredicto, es decir, tal obra de arte equis, o tal tendencia o tal autor, se le ha dado un valor de equis puntos.

Si por ejemplo, además de ese comité está formado en total por veinticinco personas a nivel mundial, o por cincuenta. El máximo de puntos sería doscientos cincuenta o quinientos, en el caso de cincuenta, y, el mínimo cero.

Pienso que esta metodología podría servir para aclarar algo, si no juzgar a autores, que pueden evolucionar, si tendencias o estilos u obras en concreto. Pienso que podría, si se hace bien, y no se manipula, poner un poco de orden a este sistema.

Quinto. Una variedad del anterior sistema, es que una entidad artística existente. Recibiese curriculum de artistas, con sus obras. Y, estos también de forma secreta y discreta, juzgasen la obra de esos autores o autoras.

En este caso, los mismos autores, se someterían a esa crítica o autocrítica voluntariamente. Por ejemplo, la Academia de Bellas Artes de Madrid, tendría una sección que sería juzgar la obra de un autor.

Ese autor o autora, diríamos que lleva ya diez o veinte años en la producción artística o estética, voluntariamente porque él o ella desea, presentaría, su obra, realizado de una forma organizada, rellenando papeles y documentación, tendría que aceptar el veredicto que se le ofrece.

Y, ese comité, formado por personas de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero podría ser cualquier otra entidad, formada por un número de personas, juzgarían la obra de ese autor, y darían un veredicto público o privado. Es cuestión de estudiar…

Sería una manera, que podrían equivocarse, pero supongo que diez o veinte expertos, de alta capacidad y preparación, suponemos, que podrían juzgar de forma más coherente, el valor de un artista, el valor de una serie de obras de arte, etc.

Sexto. No es eficiente, ni instrumental, ni racional que un autor esté enviando su novela a cien editores, ni que un autor plástico mostrando su obra a cien galeristas. Hay que buscar una racionalidad en el mercado del arte y de las artes, tanto en su gestión, organización, exposición, valorización, etc. Por ejemplo, existen lugar-entidades-instituciones donde estén las fichas y curriculum de los aristas, autores, sean literarios o musicales o plásticos, y todos, todos los interesados vayan a esos lugares, online o virtuales o materiales, y busquen y juzguen.

Es decir, se cambie la tendencia. Por ejemplo, una entidad virtual o centro documental o archivo, tengan fichas y algo de su producción de mil poetas. Y, allí puedan buscar, todos los interesados en ese tema…

¡Dejo aquí el guante de colores, para que otros perfeccionen la propuesta, pero lo que está claro, si de verdad estiman el valor del arte en la sociedad, algo se debe de hacer, para intentar paliar esta enorme anarquía artística y estética en la que estamos situados…!

http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (27-30 marzo 2021 cr).