La autora, poeta ella misma, hace un recorrido por distintos escritores de la lírica española, que constituyen un abanico interesante. La lista es muy amplia: María Zambrano, Rubén Darío, Octavio Paz, Manuel Maples, Enrique González Martínez, Pedro Salinas, Manuel Altolaguirre, Domingo Rivero, Damaso Alonso, Abentofail, Carmen Conde… Detenerse en las consideraciones de todos ellos es un disfrute.
Los apartados de este estudio abordan los siguientes aspectos: El corazón como totalidad corporal; El cuerpo-el alma. La dinámica de la espiritualidad; El cuerpo velado; la sensualidad de la visión del cuerpo; El cuerpo y la desesperación de la pérdida; El cuerpo y la fuerza de la carne; El cuerpo como fuerza natural; El cuerpo y la nueva mística; La cotidinianidad del cuerpo, y Algunas referencias.
“Recordemos las palabras de Octavio Paz, “todos los enamorados han sentido esa transposición de lo corporal y lo espiritual y viceversa: Todos los saben con su saber rebelde a la razón y al lenguaje”
“Incluso en una poetisa tan distante, desde el punto de vista expresivo, como es el caso de Ernestina de Champourcín, que nace de 1905, asocia alma-cuerpo, en una línea de adelgazamiento que cabe siendo la negación de la corporeidad.
En el poema Amor dice:
“Para ti quiero, amado, la posesión sin cuerpo
Delirio gozoso de sentir que tu abrazo
Solo cine rosales de pura eternidad…”
“No entorpezcan besándome la fuga de mi cuerpo,
Seré tuya en la piel hecha fuego de sol”
Y recordemos el poema de Vicente Aleixandre, 1981, El cuerpo y el alma, con otra forma de expresividad:
“Como esa mano que del cuerpo tendido/ se eleva y quiere solamente acariciar las luces/ la sonrisa doliente, la noche aterciopelada y muda/ luz de la noche sobre un cuerpo tendido si alma fuera,/ alma fuera del cuerpo,/ tan delicadamente sobre la triste forma abandonada…”
Si (
No(
