Éstas son dos de las principales preguntas que se hacen muchísimas personas cuando se hallan en tales circunstancias, por lo que antes que nada debemos aclarar que aceptar una herencia no es igual a repartir una herencia. Aceptarla representa un acto individual de cada heredero, que debe decidir por su cuenta si acepta esa condición de heredero antes de comenzar con los pasos sucesorios.
Para que quede más claro aún: cuando se produce un fallecimiento, no puede repartirse todo el caudal hereditario sino hasta que cada uno de los herederos acepte o rehúse esa condición, instante desde el cual comienzan todos los trámites necesarios para recibir los bienes en cuestión.
Claro, llegados a este punto probablemente te preguntarás de qué modo se puede aceptar una herencia, y es que no resulta nada sencillo o, al menos, esa es la impresión que se tiene desde fuera. Existen varios métodos a través de los cuales podemos aceptar una herencia, y a continuación vamos a enseñarte cuáles son y qué ventajas tiene cada uno de ellos.
El primer método para aceptar una herencia es la “Aceptación expresa o tácita” que se recoge en el artículo 999 del Código Civil, y que puede llevarse a cabo a través de un documento público o privado, por escrito o verbalmente. También se dará por aceptada la herencia cuando uno de los herederos venda, ceda por voluntad o done su derecho a otra persona, sea o no coheredera.
La segunda alternativa es la que se conoce como “Aceptación a beneficio de inventario”, que es la más práctica cuando no tenemos plena conciencia acerca de la situación económica real de la persona que ha dejado la herencia. Obviamente, nos referimos a casos en los que se heredan deudas. Al aceptar de este modo, el patrimonio en cuestión servirá para cancelar esos cargos. Un notario se encarga de tasar esos bienes y venderlos y, si hay beneficios restantes, dividirlos entre herederos.
Ahora bien, tal vez te estés preguntando si es posible negarse a aceptar una herencia, y un poco lo hemos contestado antes: es perfectamente posible. A fin de cuentas, como si uno de los herederos impedirá a los demás gozar de sus beneficios en caso de no pronunciarse sobre la aceptación de la herencia, en algún punto se le exigirá que tome una decisión para continuar con el asunto.
Luego, hay algunos pocos casos en los que los herederos pueden no estar en condiciones de aceptar o no la herencia. Hablamos de situaciones en las que se trata de menores de edad, menores de edad sujetos a tutela, menores emancipados o personas incapacitadas que, en todos los casos, contarán con un representante legal que tome las decisiones en su nombre.
Si (
No(
