Candy Bu

Candy Bu, una muchacha de nacionalidad mundial, que aunque inquieta y hábil en varias materias, es básicamente una influyente instructora de jardinería en la Web. Una de sus grandes virtudes, es exhibir sus procesos botánicos experimentales paso por paso y los resultados de los mismos, sin tapujos, vanidades ni con aires de diva. Muestra sus logros tal cual uno se vería en el propio espejo realizando tareas similares. Si acaso comete errores, los comete y punto. Lo señala, lo explica o no, se ríe o lo lamenta y ese mero gesto es lo que otorga una confianza sin límites acerca de su proceder. Se nos aparece sin maquillaje o con maquillaje, peinada o despeinada, vestida con agradables tenidas, como jovencita que es, o sencillamente con pijamas. Si alguna tarea le significó una dolencia, lo sabremos. Si alguna otra le significó aplausos, lo sabremos. ¡Qué agradable encontrarnos con gente así!

Muy a menudo nos dice, como advertencia, que no es experta, sin embargo nos enseña lo que ella ha experimentado con buenos resultados, sin pretender parecer una docta en el tema en cuestión. Esa es otra de sus cualidades. No se conforma con ensayar disfrutando su vida tan espiada por cámaras, sino que le gusta compartir lo aprendido y mostrarlo jugando didáctica y divertidamente. Realmente, es una criatura estupenda y poco común, aunque de pronto con su acento, nos recuerde a “Betty la Fea”.

Con esta luminosa chiquilla, una gran teleaudiencia se ha atrevido a comenzar un jardín en lugares casi imposible de imaginar dentro de pequeños o grandes espacios. Porque con su extremado entusiasmo, sencillez y múltiples características difíciles de imitar, guía a los usuarios por el camino verde de adopción vegetal. Es la clásica persona desnuda, fuerte y vulnerable a la vez. Amante de sus gatos, su conejo y Granda, su marido, quien la consiente públicamente para goce de aquellos que disfrutamos de la armonía matrimonial. Debo agregar, que ambos han sido generosos al compartir su tiempo de cuarentena en pandemia, sus nuevos afanes, las compras de provisiones, sus proyectos en encierro, la aventura de la primera salida, la falta y recuperación de la salud, los cuidados, los hobbies, la artesanía, su humor sencillo y por sobre todo, el gran respeto y nexo con sus seguidores.

Para finalizar, deseo anticipar a quienes aún no la conocen, lo gracioso que es, al comienzo de cada video, verla interpretar un improvisado y desenfrenado baile, que aunque dura pocos segundos, dibuja una sonrisa fácil en nuestros rostros. De la misma manera, nos hace reaccionar con sus gritos frente a la aparición de una babosa, sus iras frente a las cochinillas, sus observaciones de la “lluvia se viene” o “se hizo noche” y el nacimiento de disparatados neologismos. Uno se alegra con ella, con el resultado de sus siembras, trasplantes, chascarros y vivencias diversas, por lo cual no me parece exagerado confesarles, que entre ver una película de gran reparto y dirección, la prefiero a ella si quiero asegurarme de mantener mi ánimo en alto y pasar un grato momento. Porque me gusta, porque me encanta meterme en su vida, porque después de conocerla, es difícil prescindir de su presencia.

Por todo lo anterior, larga vida para la mamá plantil más bella y verdadera del mundo de Internet. Si no me creen, pueden buscarla y obtener su propia experiencia en las plataformas YouTube, Instagram y Facebook.

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