Lo normal es empezar en Teherán, al norte del país, una enorme ciudad de unos diez millones de habitantes con el fondo impresionante de montañas de más de cuatro mil metros. La gente modesta habita y trabaja en la parte baja en la que se encuentra el importante bazar al que acuden desde cualquier parte de la ciudad y por supuesto todos los extranjeros de visita: la alfombras, los trabajos en plata, las joyas de oro, todo se vende en ese inmenso lugar en el que los tenderos gozan de gran fuerza política. Allí la mayoría de las mujeres visten el chador, la pieza de tela negra que cubre todo el cuerpo incluida la cabeza, pero no tapa la cara. En la misma zona el Palacio Golestan es otro de los lugares preferidos de los turistas.
Según se sube a la parte alta el chador se sustituye poco a poco por el simple velo que se va cayendo según se sube y que identifica el nivel de independencia y osadía de cada mujer hasta llegar a la parte alta donde las pijas locales que viven en las mansiones con piscina o en los bloques de apartamentos de lujo lo llevan en un difícil equilibrio sobre la nuca o incluso se les ha caído sobre los hombros y no se han dado cuenta. A mitad del camino hay que hacer una parada obligatoriamente en el Museo Nacional que consta de una extraordinaria colección arqueológica.
Cada pocos meses la policía, siempre atenta a las malas costumbres cierra centenares de cafés y restaurantes los únicos lugares en los que los chicos y las chicas podían charlar y conocerse. Por supuesto nada de alcohol, rigurosamente prohibido y en consecuencia negociado clandestinamente. Si el viajero tiene alguna amistad local y es invitado a una de las mansiones de la parte alta vera la transformación que ya había observado en el avión pero a lo grande. Nada más cruzar la puerta las mujeres, que debajo del chador llevan minifalda y blusa escotada pueden demostrar porque tienen fama de hermosas pitillo en una mano y vaso de whisky en la otra, prácticamente todas hablando un magnifico inglés y bastantes también francés .Muchas son universitarias, más de la mitad de los alumnos en cualquier especialidad lo son en otra contradicción mas de ese interesante país.
Y es que la República Islámica de Irán, ese inmenso país más de tres veces mayor que España y que supera los ochenta millones de habitantes es al mismo tiempo una democracia formal, en la que tanto el Ejecutivo como el Legislativo son elegidos por sufragio universal y una teocracia en la que nunca falta un Ayatolá que de las instrucciones correspondientes.
Allí hay una clase media importante, caso único en la región, una población con buena educación formal y una conciencia colectiva de su papel de liderazgo regional. Y razones históricas no les faltan. Es cuna de algunos de los asentamientos humanos más antiguos en los que se originaron grandes civilizaciones desde el tercer milenio A. C . De allí son los Medos y el Imperio Acamenénida , que llegó a dominar sobre casi la mitad de la población mundial desde sus capitales en Babilonia y Persépolis , borrado de un plumazo y dos batallas por Alejandro . Y de allí también los partos, los únicos que plantaron cara a los romanos. Su conquista por los musulmanes en 651 cambio’ el equilibrio político mundial y su conversión al chiismo en 1501 el del Islam.
Una gran parte de los territorios del Norte los pierde en la Guerra con Rusia.- 1804-13 dejando de ser un Imperio multirracial y cultural y convirtiéndose en un país. Los intentos de modernización y occidentalización del Sha Reza Pahlevi quedaron anulados tras la Revolución de 1979 que empezó como democrática y acabó con Jomeini al frente. Desde entonces los problemas con Estados Unidos, con Israel y con los sauditas se han sucedido continuamente y es que al fin y al cabo Irán es el cuarto productor de petróleo y el primero de gas.
Desde Teheran se puede ir en automóvil o en autobús a Qom , una de las dos grandes capitales del chiismo , no llega a dos horas, con varios monumentos religiosos que admirar y llena de aspirantes a curas .
A Isfahán hay que volar, unos quinientos kilómetros en dirección suroeste para quedar maravillado con la inmensa plaza Meidan Eman – ( Naqsh-e Jahaun ) .Todos los monumentos que la rodean conectados entre sí por la arcada de dos pisos. Solo es comparable con la de Samarkanda .La belleza del verde y el azul adquiere nuevas dimensiones. Los días festivos el inmenso espacio –en parte era un campo de polo- es ocupado por las familias para la merienda con el negro de los chadores haciendo contraste.
Hay que volar hacia el suroeste – las comunicaciones aéreas son buenas y los precios moderados- para visitar Shiraz , con preciosos jardines y varios mausoleos. Es la puerta para acceder a Persepòlis a unos 60 kilómetros, la joya del país, que todavía guarda importantes restos a pesar de los soldados de Alejandro y de los saqueadores de toda laya. Los espectaculares bajorrelieves dejan al visitante maravillado.