Y así comenzó una gran relación médico - paciente, que se extendería a su madre, a su bebé y a su amado (importado desde Europa...).
Siendo custodio del desarrollo de esa pequeña y testigo de sus esmeros como madre, desde hace más de un año; hoy sentí una alegría inmensa.
Esa joven madre, quién tuvo que dejar a su hija y viajar a Colombia por dos meses, y que prometió traerme un llavero para mi colección; no solo trae un llavero... trae también una Medalla de Oro, ganada con convicción y decisión en los Juegos Panamericanos de Lima.
Gracias a nombre de Chile: María José Moya Sepúlveda.