24JUL19.- Sentado en un andén del Metro, revisaba mi celular; cuando de pronto tímidamente una muchacha se acerca y me dice:
-“¿Doctor?”.
-Sí, aún… (le contesto, provocando su sonrisa).
Y me cuenta brevemente:
- “Usted fue mi médico cuando niña y también de mi hermana menor. Ahora yo soy abogada y mi hermana enfermera; y si hay alguien de quien jamás nos hemos olvidado en mi familia, es de usted. Siempre lo recordamos; supimos lo de su hija y nos dio mucha pena”.
Y en realidad, ella no tendría por qué haber estado en esa estación. Sucedió que por error, se bajó antes de su real destino. Pero qué bueno que le pasó eso.
Fueron casi 10 minutos de grata conversación, tras los cuales, yo le agradecí ese error, que la llevó por equivocación a bajarse antes.
Son cosas del destino.
Nos despedimos afectuosamente y me dijo:
-“Lo buscaré en Facebook”.