Este es el artículo Nº 24 que escribo como tributo a la memoria de Elvis y la verdad es que ya en estos últimos 24 años me he referido a todos los aspectos de su biografía especialmente en el publicado el pasado año donde en un extenso reportaje, intenté condensar lo más relevante de su biografía personal y artística y por lo tanto volver sobre el mismo tema resultaría además de repetitivo, cansino y sin posibilidades de aportar ya nada más que pueda resultar interesante.
A lo largo de estos 41 años y desde el mismo día de la desaparición de Elvis se han publicado varios miles de biografías y escrito decenas de miles de artículos reseñando aspectos de su vida por lo cual ya no es posible ser ni original ni aportar nuevos datos a lo ya de sobra conocido.
Por ello creo que es mejor referirse al impacto que causó Elvis con su aparición en el mundo discográfico y como una canción, que ni siquiera estaba pensada para ser incluida en alguna posible grabación comercial, cambió de manera brusca y sin retorno, la suerte y fortuna tanto de Elvis como la del pequeño estudio de grabación donde se inició la “elvismanía” que sacudió literalmente, al mundo entero a partir de entonces.
El 5 de julio de 1954, durante una de aquellas sesiones a la búsqueda de “encajar” una canción en compañía de Scotty Moore y Bill Black, Elvis tomó la guitarra y empezó a jugar a ser Elvis con una canción que luego cantaría millones de veces, That’s All Right (Mamma), de Arthur Crudup.
Catorce día más tarde, aquella canción estaba prensada y comenzaba a venderse en las tiendas de discos de Memphis, y en general, de todos los pueblos y ciudades de Tennessee. El lado B del disco tenía Blue Moon of Kentucky, de Bill Monroe. Eso fue el comienzo de todo lo que vino después.
Contrariamente a lo que se ha dicho o a lo que se cree, Elvis no inventó el rock ni tampoco fue uno de sus primeros intérpretes pero lo que si es cierto, es que NADIE lo hizo como él y que el rock, como movimiento cultural y sociológico nunca habría llegado a ser lo que es sin el concurso de Elvis.
Dueño de un caudal de voz extraordinario que le permitía cambiar de tono en una misma frase cantada, Elvis impuso un estilo propio tanto en el fraseo como en el sostenimiento de algunas notas para alargar o acortar un acorde, algo que él hacía de manera completamente natural ya que nunca recibió clases de música, solfeo o canto. Toda su capacidad vocal (además del talento natural) arrancaba desde la experiencia y el contacto con la música gospel cuando con apenas 5 años, ya acompañaba a su madre al oficio dominical de la iglesia baptista a la cual estaban adscritos. Los coros de hombres y mujeres cantando gospel y sprituals impresionaron profundamente a ese niño que con tan corta edad fijaba en su memoria esos prodigiosos tonos de voz de los coros afroamericanos.
El mismo Elvis reconocía incluso que ni siquiera tocaba bien la guitarra ya que solía decir “nunca tocaré como un profesional”; su destreza con la guitarra se limitaba a un acompañamiento rítmico que complementaba con sus increíbles altos y bajos en la voz. El verdadero encanto y fuerza de Elvis, además de su voz, residía en la manera de hacer la música, de sentir y transmitirla a través de movimientos que completamente nuevos e inéditos en el mundo de la canción de la época, rompieron todos .los moldes y abrieron la caja de los truenos que cambiaron por completo la música popular desde entonces hasta ahora.
El fenómeno del rock es posiblemente el movimiento cultural más grande producido en el siglo XX y es un hecho que sin Elvis, nunca habrían producido los cambio s que introdujo y que sin la participación de Elvis el rock nunca habría llegado al lugar donde hoy mismo se encuentra. Hoy en día millones de personas siguen a Elvis y su música en todo el mundo y aún en remotos lugares, la figura de Elvis está indisolublemente unida al movimiento musical del rock and roll.
Larga vida al Rey del Rock por cuanto su muerte en 1977, solo fue la de su envoltura física y material; su presencia en espíritu es imperecedera como su música y todos los que la admiramos, conservaremos viva su imagen por siempre.
Si (
No(
