HRW alerta por aumento de abusos policiales en cárceles de Brasil

Los "abusos" cometidos por la policía son especialmente preocupantes en las empobrecidas favelas de la ciudad de Rio de Janeiro (sureste), donde en los últimos meses se ha registrado un repunte de asesinatos que pone en duda la efectividad del plan de pacificación oficial frente a las disputas de los narcotraficantes, destacó ante la prensa Maria Laura Canineu, directora de HRW en Brasil, informó AFP.

Rio de Janeiro instaló en 2008 las primeras Unidades de Policía Pacificadora (UPP) dentro de las favelas buscando restablecer su seguridad antes del Mundial de Fútbol de 2014 y de los Juegos Olímpicos de agosto pasado.

Y aunque hubo unos primeros resultados positivos, los agentes de las UPP duplicaron sus asesinatos en los últimos tres años -muchos sin justificarse con el uso legítimo de la fuerza- e hizo que los delincuentes prefieran no rendirse en un operativo y opten por matar también a los policías, explicó César Muñoz, investigador senior de HRW en Brasil.

Eso "creó un ciclo de violencia, de una lógica de sangre de los dos lados", dijo Muñoz en la presentación en Rio de Janeiro del capítulo local del relatorio mundial de HRW para 2017.

Para el funcionario, la falta de investigación y la impunidad que rodea esas ejecuciones extrajudiciales policiales hace que buena parte de la población en esos barrios haya dejado de confiar en los agentes y que, de no tomarse medidas al respecto, el programa termine por fracasar.

La solución no es construir más cárceles

Human Rights Watch también se mostró preocupada por la violencia desatada en las cárceles del país, una semana después de que un centenar de reclusos fueran brutalmente asesinados en recintos del norte del país por una guerra sangrienta entre facciones criminales dentro de las prisiones por el control del narcotráfico.

"Las condiciones inhumanas en las prisiones brasileñas son un problema urgente", destacó HRW, enfatizando que la superpoblación de las cárceles es de un 67% y la falta de agentes y técnicos penitenciarios hacen "imposible" que el estado tenga su control.

Ante la reciente masacre en los estados de Amazonas y Roraima, el presidente Michel Temer prometió una modernización del sistema penitenciario y la construcción de nuevas prisiones en todos los estados, algo que HRW ve como una solución parcial.

"La medida clave para reformar el sistema penitenciario es reducir el hacinamiento, pero Brasil nunca conseguirá construir suficientes prisiones para eso. La solución es el sistema judicial", aseguró Muñoz aludiendo al carácter "punitivo" de las normas brasileñas, que permiten poner entre rejas a miles de personas sin juicio previo y una ley de drogas tan amplia que puso a usuarios entre rejas.

HRW considera importante el esfuerzo del Poder Judicial para que los presos detenidos en flagrancia tengan una audiencia con un juez ("audiencia de custodia") y no queden encarcelados sin condena por meses, y espera que el Congreso lo apruebe próximamente.

Por otro lado, alertó del preocupante aumento de homicidios contra mujeres -Brasil es el quinto país con más asesinatos del mundo- y también pidió "mayor apoyo" a la ola inusitada de familias con bebés con microcefalia, que nacieron a raíz de la epidemia del Zika entre 2015 y 2016.