"Ha sido una semana horrible para los niños sirios, que viven y mueren bajo los bombardeos ininterrumpidos de colegios, casas y hospitales", destacó Geert Cappelaere, director del Unicef para la zona de Medio Oriente y el Norte de África, señaló .
"Hemos visto imágenes de niños tratados por síntomas de asfixia en el este de Alepo. Poco después, el hospital Al Bayan es bombardeado y madres aterrorizadas llevan a sus hijos al sótano mientras niños enfermos son sacados de las incubadoras para ser llevados a un lugar seguro", añadió Cappelaere.
Asimismo, señaló en un comunicado que ya no hay hospitales operativos en el este de Aleppo, donde 100.000 niños están atrapados por el cerco de las fuerzas gubernamentales, lo cual restringe también su acceso a alimentos y medicinas.
Estos niños "necesitan de los hospitales para permanecer con vida", aseguró.
Asimismo, el representante de la Organización de Naciones Unidas (ONU) destacó que "los niños no deben morir en hospitales y en escuelas debido a las bombas", haciendo referencia a los ataques contra dos escuelas del oeste de Aleppo, una en las afueras de la capital, Damasco, y otro centro educativo en la provincia de Idlib (noroeste).
Este año, la ONU ha documentado 84 ataques contra escuelas en Siria, en los que han muerto 69 niños.
El director regional del Unicef pidió a las partes en conflicto que no bombardeen escuelas, hospitales y otras infraestructuras civiles, pues ello "contraviene la ley internacional y puede representar crímenes de guerra".