Entrevista a Lorena Martos

Germán - ¿Qué opinas del mundo actual?

Lorena- Soy una persona que tengo mucha fe en el mundo y en el ser humano pero es verdad que ahora mismo las cosas no van del todo bien. Cada vez está habiendo más terrorismo y eso me entristece mucho, creo que el mundo debe ser un lugar donde todas las personas puedan convivir y amar sin juicios.

Germán- ¿Y de la situación de la mujer en el mundo? ¿Y en España?

Lorena- Actualmente hemos crecido mucho en este aspecto, sobre todo aquí en España. Yo en mí día a día trabajo muy a gusto y puedo decir que me rodeo de gente maravillosa con la que no encuentro ningún indicio de machismo pero sé que aún queda mucho trabajo por hacer. En países subdesarrollados (y en otros del primero mundo) las mujeres aún hoy en día son víctimas de una sociedad machista que a mí me horroriza. Debemos luchar, tanto hombres como mujeres por que esto cambie y podamos todos convivir todos como seres humanos con los mismos derechos y las mismas obligaciones.

Germán - ¿De la cultura y el teatro en España?

Lorena – Este es un tema que me gusta mucho ya que me considero una gran defensora de la cultura española. Amo mi país y amo toda su cultura, sus tradiciones y por supuesto, su teatro. Creo que hoy en día deberíamos, todos los españoles, hacer algo más por nuestra cultura, luchar por ella y sobre todo, creer en ella. Tenemos unos grandes profesionales en nuestro país que no se les da el reconocimiento que deberían.

Germán - ¿Qué te gustaría hacer en la vida en un futuro mediato?

Lorena – Mi gran pasión es el teatro y me encantaría poder dedicar el resto de mi vida a ello. Ya no solo como actriz, también estoy muy interesada en todo lo que rodea el teatro, no me gustaría cerrarme ninguna puerta. En la universidad también he dirigido y he escrito alguna obra pequeñita y creo que también es algo en lo que algún día podría llevar a cabo.

Germán – En teatro, ¿qué te gustaría representar?

Lorena – Hay un personaje que siempre me ha conmovido que es el de Julieta, de William Shakespeare. Tal vez parezca muy típico pero una vez tuve la oportunidad de hacer un análisis de personaje de Julieta y si ya la obra en sí me maravilló, el personaje más aún. Una mujer tan fuerte que es capaz de clavarse una daga para morir por su amor y esto es algo que me resulta conmovedor. Saliéndonos un poco del género dramático, también me gustaría mucho hacer de Cecilia en “La importancia de llamarse Ernesto.” De Oscar Wilde. Me apasiona su manera de luchar por lo que cree suyo sin perder su elegancia, me divierte muchísimo.

Germán - ¿Qué juicio te merece la obra que estás haciendo?

Lorena – Creo que es una obra que no importa en qué año o en qué siglo la leas o la interpretes, siempre te vas a sentir identificado. Hoy en día hay millones de jóvenes que pelean con sus padres por estos motivos y por eso creo que gusta tanto al público. Siempre es importantísimo verse reflejado en una obra de teatro porque es así como es público conecta con los personajes y se crea ese vínculo maravilloso. Creo que es una obra llena de verdad y de amor escrita con muchísima profundidad.

Germán - ¿Tienes algún hobby aparte del teatro?

Lorena – Sí, soy amante de la danza. Bailo desde pequeña y aun que hace un par de años que lo dejé por falta de tiempo, siempre he querido retomarlo. Es algo que me despeja y me limpia el alma, lo echo mucho de menos.

Germán - ¿Qué opinas de los actores, directores y autores?

Lorena – Creo que son muy distintos entre ellos pero a la vez con muchísimas cosas en común. Todos ellos tienen una sensibilidad aplastante, capacidad para emocionar y son unos comunicadores natos. Admiro muchísimo a los tres ya que creo que es muy valiente y muy bonito lo que hacen, lo que hacemos.

Germán - ¿Te gustaría trabajar en el cine o en la televisión?

Lorena – Por supuesto. Elegí estudiar también comunicación audiovisual porque es algo que también me gusta muchísimo. Me pasa como con el teatro, disfruto casi tanto delante de una cámara o encima de un escenario que detrás. Todo el cine y toda la televisión del mundo son un arma de comunicación preciosa.

Germán - ¿Cuál es tu sueño dorado?¿Te preocupa tu imagen?

Lorena – Mi sueño es poder ganarme la vida encima de un escenario, aunque soy consciente de lo difícil que es y del trabajo duro que conlleva. La imagen es algo que siempre me ha preocupado pero gracias a mi familia, cada día lo llevo un poco mejor. Aun así es algo que me sigue asustando.

Germán – ¿Qué consejo darías a la gente más joven? ¿Y a los mayores?

Lorena – Me preocupa mucho los jóvenes de hoy en día que creen que se van a comer el mundo sin hacer nada para conseguirlo. A ellos les diría que luchen por sus sueños, que trabajen duro, que busquen la manera de ser felices y que de verdad sepan que merece la pena. Todos hemos sido jóvenes, yo aún lo soy y creo que no hay mayor verdad que la de luchar por lo que quieres y dejarte aconsejar por las personas que te quieren. Yo tengo que dar las gracias a mis padres por haberme dado unos valores que hoy en día me han hecho llegar hasta donde estoy. A los mayores les diría que aprovechen su vida, que hagan aquello que nunca pudieron hacer, les ánimo a que no se queden en casa viendo la vida pasar. Nunca es tarde para hacer lo que uno ama.

Germán - ¿Te gusta la familia, tienes un punto de referencia emocional en qué apoyarte?

Lorena – Amo a mi familia, son mi mayor apoyo. Tanto mis padres, como mi hermana, mis tíos, primos y mis abuelos, por supuesto. Los días en familia me alegran el alma, soy una persona muy muy familiar. En todas mis actuaciones lo que más me motiva es saber que entre el público están todos ellos. Me siento muy privilegiada de tener una familia tan unida. Necesito mucho a las personas y doy todo por la gente a la que quiero, por lo que mi referencia emocional diría que es mi novio. Es la persona en la que me apoyo cada vez que me ocurre algo, o cuando estoy muy feliz. Me sigue a todas partes y es muy importante en mi vida. Mis padres también son un gran apoyo para mí pero a veces es inevitable ocultarles sentimientos para que no sufran por nosotros.

Germán - ¿Cuál es para ti tu mayor defecto? ¿Y tú mayor virtud?

Lorena – Soy muy cabezota y a veces eso me juega malas pasadas. También soy extremadamente desordenada, no sé si esto es algo malo realmente pero siempre he pensado que me gustaría ser más ordenada. Mi mayor virtud creo que es mi alegría y mi positivismo. Soy una persona muy alegre y contagio a las personas de mí alrededor mi alegría. También ser positiva me ha ayudado a pasar algunos baches que he tenido en mi vida.

Germán - ¿Tienes algún ídolo?

Lorena – Siempre he dicho que mis mayores ídolos son mis padres. Todo lo que ha conseguido mi padre, sin estudios, es admirable. Además, no solo en el ámbito profesional, sino en el personal. Mi padre es una persona que cae bien a todo el mundo, tiene amigos en todas las partes del mundo y es capaz de hacerte llorar de la risa en un minuto. Y mi madre es una luchadora nata, ha hecho tanto por mí hermana y por mí, por su familia que jamás tendré palabras para agradecérselo. Ambos tienen un grupo de amigos desde la juventud (que a día de hoy para mí, son como de mi familia) que me da mucha envidia sana porque es raro encontrar a gente de mediana edad con un grupo de amigos de tantos años y con una amistad tan pura como la suya. Mis padres son mi mayor ejemplo de vida, ojalá yo pueda educar a mis hijos la mitad de bien que lo han hecho ellos.

Germán - ¿Qué te hace más feliz? ¿Tienes algún temor?

Lorena – Me hace tremendamente feliz compartir mis gustos y mis triunfos con la gente a la que quiero. Como decía antes, que mi familia y mis amigos vengan a verme a todas mis obras es algo que no se paga con dinero. Para mí no tendría sentido hacer esto si no estuviera mi familia al otro lado esperándome para darme un abrazo. Mi mayor temor es no conseguir vivir de lo que he estudiado. Me entristece pensar que tal vez tenga que trabajar para ganarme la vida de otra cosa que no tenga que ver con el teatro, el cine o la televisión porque realmente soy incapaz de verme haciendo nada más, por lo que lucharé todo lo que pueda para hacerlo realidad.

Dentro de 50 años, me gustaría echar la vista atrás y poder decir que no me ha quedado nada por hacer de lo que, con 24 años, soñaba. No pretendo grandes cosas, pero sí me gustaría estar satisfecha con mi trabajo y no arrepentirme de algo que pude hacer y no hice. Creo que el arrepentimiento es uno de mis mayores temores.

(*) Germán Ubillos Orsolich es Premio Nacional de Teatro, dramaturgo, ensayista, novelista y escritor.