Blunt dijo que no había suficientes pruebas para apoyar un cambio en la ley que permitiera a los procesados en los casos de violación permanecer en el anonimato, igual que las víctimas.
La propuesta se produjo por las quejas de que las falsas acusaciones de violación podían perjudicar la reputación de los procesados.
Algunos informes sugieren que aproximadamente una de cada diez acusaciones de violación son falsas.
Blunt dijo que el Gobierno solo habría cumplido el compromiso si hubiera habido evidencias suficientes para apoyarlo.
"El Gobierno de coalición dejo claro desde el principio que procedería con el anonimato de los procesados en los casos de violación sólo si las pruebas lo justificaban de forma clara y rotunda", dijo en un comunicado.
"Ante la falta de tales pruebas, se ha llegado a la conclusión de que la propuesta no se sostiene. No se irá más allá".
El compromiso original de proteger a los acusados de violación recibió la condena general de los grupos de mujeres y de algunos diputados conservadores y laboristas, que dijeron que la medida disuadiría a las víctimas de violación de presentarse, y el Gobierno encargó un informe este verano para considerar el estudio del asunto.
Yvette Cooper, quien fuera ministra con el Partido Laborista, saludó la decisión de abandonar el compromiso y dijo que el Gobierno nunca debió prometerlo.
"Era un plan muy injusto que sólo los acusados de violación pudieran permanecer en el anonimato, habría enviado un mensaje a los jurados y a las víctimas de que, únicamente en los casos de violación, la víctima no debía ser creída".
En 1976, la Ley de Delitos Sexuales mantenía en secreto el nombre de los procesados por violación, pero esa disposición fue anulada en 1988 sobre la base de que los acusados de este tipo de delito no deben ser tratados de forma diferente a los demás casos.
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