Todos dormían. Era de noche. Desde su oscura habitación, percibió la luz artificial que se filtraba bajo su puerta. Alguien había entrado en elorfanato Faraja de Gnong, una ciudad de más de cien mil habitantes al suroeste de Nairobi, Kenia.
Corría el año 2012.
Omari Anthony Nyaega, entonces de 24 años de edad, se levantódispuesto a echar a los intrusos. No era la primera vez que lo hacía. Sólo en el último mes había tenido que enfrentar otros tres asaltos. En todos ellos Nyaega había conseguido imponer su autoridad y expulsar a los bandidos.
Pero esta vez sería diferente.
Una banda de ocho hombres irrumpió en la habitación del joven. En un intento desesperado por defenderse, Omari tomó un martillo y lo lanzóa los asaltantes. Fue una acción absurda, pero instintiva: tenía que defender a los 35 niños que dormían, entre ellos algunas niñas. No podía soportar la idea de pensar que podían ser violadas. En los últimos ocho años, esos niños que dormían plácidamente habían sufrido indescriptibles tragedias en sus familias.
Lo último que recuerda después de aquello es recibir el impacto seco de la afilada hoja de un machete.
"Tengo una buena noticia para ti"
Abrió los ojos. La noche había desaparecido. También los asaltantes. Estaba en la cama de un hospital. Nyaega se sorprendió de encontrarse vivo.
Sintió la voz alegre de su amigo Ben Hardwick. “Tengo una buena noticia para ti”. He publicado tu historia en Internet… en esa cosa llamada reddit.
Reddit es uno de los agregadores de contenidos y foros de discusión más populares de internet, capaz de convertir un relato particular en tema de interés para cientos de miles de usuarios.
Entre esos internautas, hubo muchos que se conmovieron con la historia. Tanto, que recaudaron dinero para el hospicio: 80.000 dólares (73.000 euros).
En un gesto que muestra su nobleza, Omari pidió que no gastaran dinero en recompensar su sacrificio. El orfanato tenía necesidades más urgentes que la suya. En concreto, la construcción de una cerca protectora. Estaba claro que los niños la necesitaban. “Cuando llegue el dinero, asegúrate que es para los niños”, comentó a Hardwick.
Una cerca y cuatro guardianes
Y así fue. La cerca se construyó. Pero no lo suficientemente rápido como para evitar nuevas incursiones. Al menos lo volvieron a intentar una vez más. Pero esta vez hubo suerte.
La historia de Omari Nyaega se había conocido tanto que ahora la policía patrullaba con frecuencia los alrededores del orfanato. Esto hizo huír a los asaltantes, aunque no consiguieron detenerles.
Los responsables del orfanato comprendieron que debían buscar los mejores y más fieles guardianes para los niños. Y compró cuatro perros: “Cada vez que había movimientos extraños, ladraban. Eso hizo que la gente se sintiera segura”.
A mediados del año pasado, pese a todo, el orfanato cambió de ubicación. No podían pagar el alquiler, y se trasladaron hacia el condado de Kajiado. Los profesores sienten que han salido ganando con el cambio. Es más grande y por tanto pueden atender a más niños.
Han pasado cuatro años desde el ataque. Nyaega ya no trabaja en el orfanato, aunque lo visita con frecuencia. Se ha graduado como Ingeniero Civil y ha emprendido su propio negocio de construcción. El haber tenido dos hijos, que hoy cuentan con uno y tres años, no le impide acoger en verano en su casa a otros niños. “Así pueden tener una familia real fuera del orfanato”, confiesa.
Su rostro trasluce un futuro esperanzado. Y un pasado valiente del que apenas queda una aparatosa cicatriz.
FUENTE: LAINFORMACION.COM - Juan Bosco Martín Algarra - 16 de enero del 2016
.jpg "Así quedó el rostro de Omari Nyaega después de recibir un machetazo cuando trataba de defender a niños huérfanos.")
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