Don Quijote conquistó Dublín en 1973

El motivo es que desde su puesto de director del Instituto Cultural Español en Dublín asumió en 1973 la puesta en marcha de una Semana de La Mancha que llevó los ejemplares de El Quijote a todas las bibliotecas públicas de la República de Irlanda y dio a conocer al público de la vieja isla de Erin productos como los vinos y los quesos manchegos, pero también la zurra, según muestran las crónicas de los diarios irlandeses.

Sierra, nacido en Villanueva de Gómez (Ávila), pero que en su infancia residió brevemente en Mora de Toledo, donde falleció su padre, refirió a La Tribuna que aquella Semana de La Mancha surgió un poco por casualidad y a raíz del estreno de la película El hombre de La Mancha (Man of La Mancha), de 1972, en la que Arthur Hiller dirigió a Peter O"Toole y Sofia Loren sobre la base de un musical que había triunfado en Broadway en los años anteriores.

«Yo llegué a Irlanda en septiembre de 1968, solicité una plaza en el Trinity College de Dublín como lector de español», después de ejercer como tal en Francia y el Reino Unido.

Antes de organizar la Semana de La Mancha, Sierra instauró primero un centro de documentación y desde éste el Instituto Cultural Español, que comenzó a funcionar como tal en 1972.

El arranque. «En 1973 me enteré de que iban a proyectar la película El hombre de La Mancha. Me dije que era una gran oportunidad para empezar a hablar de El Quijote y empecé a pensar para difundir y dar a conocer la obra de Cervantes», comenta.

Así, tomaron forma diferentes propuestas, como un ciclo de conferencias, estableció contactos con la asociación de profesores de español de Irlanda para que diseñaran el ciclo. Del mismo modo, contactó con todas las editoriales españoles que tienen publicados libros sobre El Quijote, que remitieron diferentes libros para organizar una exposición. Al mismo tiempo consiguió que la librería más importante de la capital irlandesa llenase sus escaparates de ejemplares de El Quijote.

«Una vez montado el programa, mandé una nota de prensa a todos los medios de comunicación de La Mancha y ya se produjo la reacción oficial», lo que además le permitió ofrecer en Dublín una exposición de los medios de comunicación de lo entonces era Castilla La Nueva.

A su vez, las principales bodegas de La Mancha enviaron sus vinos, mientras que un restaurante dublinés elaboró algunos platos típicos manchegos. A esto se añade un concurso de redacción entre escolares que debía versar sobre El Quijote y La Mancha.

Pero Sierra destaca que toda esta estructura «no costó un duro al contribuyente gracias a la colaboración y el entusiasmo de todas aquellas personas que de forma espontánea y muy generosa colaboraron en ella», comenta. El esfuerzo de tantos voluntarios se vio recompensado con el seguimiento de los medios locales.

También se repartieron 30.000 folletos de turismo con información sobre la geografía, la cultura y la gastronomía de La Mancha.

El personal del Instituto Cultural Español en Dublín, cuya inauguración oficial no se realizaría hasta 1974, es decir, un año después de organizar esta semana, estaba compuesto, además de por su director, por dos administrativas, una bibliotecaria y un profesor a tiempo parcial, que consiguieron que su iniciativa tuviera eco, por ejemplo, en todas la red de bibliotecas públicas de la República de Irlanda, que recibieron varias ediciones del Quijote, cuando hasta entonces sus contactos se limitaban a las de la ciudad de Dublín y algunas de las poblaciones más cercanas.