Perdimos además después de una rueda de prensa de los representantes del comité olímpico que quedará para estudiar en las facultades de comunicación sobre cómo hacer el ridículo. Y perdimos con un discurso de la alcaldesa, Ana Botella, que ha triunfado en internet y no precisamente para bien. Hay que buscar culpables, y no va a ser Rajoy, faltaría más. Aunque su discurso fue lamentable, el inglés de Botella lo tapó. Así pues mientras en los descartes anteriores todo el PP echó la culpa a Zapatero (nadie a Gallardón ni a Esperanza Aguirre, alcalde y presidenta por el PP y los verdaderos responsables de la candidatura), ahora no tienen chivo expiatorio, y como internet es muy duro, Ana Botella se lleva las papeletas.
A falta de Zapatero como chivo expiatorio, Botella en la picota
Ni 24 horas pasaron de la decepción olímpica para que ya en los medios de comunicación se comenzara a hablar de las repercusiones políticas. Madrid es la joya de la corona del PP, tanto el ayuntamiento de la Comunidad como el gobierno autonómico, y está dispuesto a hacer lo que sea, pero lo que sea, con tal de seguir gobernando. En la memoria de todos está el Tamayazo, la compraventa del voto de dos diputados regionales del PSOE gracias a los que Esperanza Aguirre llegó a presidenta. Y Con esos antecedentes se permite dar lecciones de honestidad política.
Lo cierto es que Gallardón metió a Ana Botella en su lista de concejales para congraciarse con Aznar, y lo cierto es que la dejó de heredera (alcaldesa sin votaciones) por lo mismo, pera seguir congraciado con el ala dura del PP que le detestaba por su ambición desmedida. Gallardón pidió permiso a Rajoy y, por supuesto, Rajoy se lo dio. Pero el desastre de la tragedia del Madrid Arena, con la alcaldesa marchándose a un balneario de lujo en Portugal cuando ya se sabía que había muertos, y el discurso de Buenos Aires, han dejado a Ana Botella muy muy tocada.
Botella: ambición política y cansancio
Los amigos de Ana Botella comienzan a decir que está cansada y que realmente no tiene ambición política. Lo primero es cierto, lo segundo es falso. Nadie sin ambición política decide ser alcaldesa de Madrid. Quizá no se esperaba que la alcaldía fuera tan dura, pero fue su decisión. Ella heredó el ayuntamiento más endeudado de Europa de Gallardón, que hizo una gestión económica digna de ser investigada en los tribunales por despilfarro. Y a ella le ha tocado recortar por obligación. Ella heredó un equipo que no era suyo, ella se vio en medio de la guerra de Esperanzas Aguirre y Rajoy y de la guerra entre Ignacio González y Rajoy primero y con Esperanza después. Bonito lío. Y en estas su marido, Aznar, da una entrevista en Antena 3 que deja al Presidente del Gobierno-su heredero- a la altura del betún. Menudo panorama.
Ni cambios en el Gobierno ni nada
Pero solo manda Rajoy. El PP tiene un modelo de funcionamiento absolutista, el Presidente del Partido, y más si también lo es del Gobierno, manda y punto. Sin dar explicaciones. Tras el relevo en la presidencia de la Junta de Andalucía en el PP era unánime el clamor por nombrar ya a un nuevo candidato del PP andaluz. Ni caso. El mutismo de Rajoy es absoluto.
Por supuesto desde las bases del partido hasta destacados dirigentes piensan que es necesario encarar lo que queda de Legislatura con cambios en el Consejo de Ministros. Pueden esperar sentados, porque hasta que no se hagan las listas a las europeas no se moverá nada. Y entonces ya veremos. Las elecciones europeas serían una buena salida, por ejemplo, para Ana Botella.
Y no son voces, son gritos, los que piden cambios en la dirección nacional del PP, porque el tridente que manda, Cospedal, Soraya y Arenas, no se pueden ni ver, no se hablan y están enfrentados. Hacer cambios aquí son palabras mayores, cualquier decisión se relacionaría con el caso Bárcenas, y eso es muy peligroso.
Fuente: elplural.com - A.R. | 10/09/2013
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