Mujica garantiza cuatro años más de dominio de la izquierda en Uruguay

«Gracias por tu buen gobierno», dijo Mujica a su antecesor. Y es que Vázquez deja el cargo con una imagen positiva del 71%. A pesar del impacto de la crisis financiera internacional en el país sudamericano de 3,3 millones de habitantes, el Ejecutivo anterior supo desarrollar el programa de la coalición izquierdista Frente Amplio, que nunca antes había gobernado Uruguay. «Nuestra gestión no arranca de cero», celebró Mujica y, con una humildad poco habitual en política, declaró: «Me equivocaré, pero no daré la espalda a los problemas».

Su gran desafío es mantener la estabilidad económica y las conquistas sociales. Desde 2005, cuando asumió el cargo Tabaré Vázquez, el Producto Interno Bruto ha crecido un 6% por año. El paro -que llegó a los dos dígitos tras la crisis de 2002- descendió hasta alcanzar niveles de casi pleno empleo (7,9%), los salarios reales se incrementaron, la deuda externa se redujo y cayeron sustancialmente los índices de pobreza e indigencia.

El anterior presidente puso en marcha además el Plan Ceibal, visto con admiración por los gobiernos vecinos. Este programa oficial otorga un ordenador portátil con conexión a Internet a cada niño que cursa la escuela primaria pública.

Trece años en la cárcel

Todas estas medidas no sólo le permitieron crecer a Vázquez en popularidad sino que le aseguraron el triunfo a Mujica, un ex guerrillero de 74 años, cofundador del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, que había optado por la lucha armada en los años 60 y 70. Por este compromiso político, Mujica sobrevivió a un atentado y permaneció trece años encarcelado.

Sus opositores intentaron una y otra vez traer a colación este pasado para asustar al electorado. «Mujica no es un hombre claro en sus convicciones democráticas», alertaba el ex presidente Julio María Sanguinetti, del Partido Blanco. Lacalle, su competidor, también remarcaba el retroceso que significaba la elección del ex rebelde, incluso en comparación con Vázquez.

Mujica tuvo un discurso magnánimo en la victoria. «Recuerden en una noche de alegría a los compatriotas que tienen tristezas y que son nuestros hermanos de sangre. No hay vencedores ni vencidos. Apenas elegimos un Gobierno que no es dueño de la verdad y que los necesita a todos», aseguró.