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Doña Tina: Una rica lección de Vida

Entrevista y fotos: Annemarie Balde L. www.ablturismo.com

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Doña Tina
Doña Tina

Desde muy pequeña, con 7 años,  juntaba todos los huesos de las comidas y luego los vendía donde el “huesero” que fabricaba peinetas con ellos. Lavaba botellitas que luego comercializaba donde el boticario. Con los  huevos de las gallinas del campo de su natal San Carlos, hacía otro tanto. A los 11 años decide viajar a la capital- Santiago- y se emplea de niñera en una casa particular.

Doña Tina supervisa personalmente todo el quehacer el la cocina
Doña Tina supervisa personalmente todo el quehacer el la cocina
El servicio de 'catering' es otra de las alternativas que ofrece el restaurante 'Doña Tina'
El servicio de "catering" es otra de las alternativas que ofrece el restaurante "Doña Tina"

Todas mis patronas fueron buenas conmigo

“Tuve la gran suerte que todas mis patronas fueron muy buenas conmigo y las veo hasta el día de hoy, me visitan ellas y los hijos”, nos cuenta.

Doña Tina, sin duda, nació con sangre emprendedora. A los 16 años contrajo matrimonio con José Olivares, ya fallecido, del que nacieron 7 hijos. Adoptó a un octavo. Pero cuando los niños estaban muy pequeños, era muy pobre. Decide ponerse a hacer pan amasado y sale a la calle en El Arrayán, a venderlos en un canasto. Hoy, es la empresaria gastronómica  más importante. Su especialidad es la comida chilena y recibe los fines de semana a unos 840 comensales a la hora del almuerzo. Es Agustina Gómez Palma, conocida como “Doña Tina”, que cuenta con su restorán, del mismo nombre en el camino Los Refugios de  El Arrayán. Dispone además, de despacho de todas sus comidas a domicilio, organización de cenas, cócteles y todo tipo de celebraciones.

Multiplicación de los panes

Esta extraordinaria emprendedora, que empezó con su canasto parada en la calle con dos docenas de pan amasado y que un día, le vendió a don Francisco, Mario Kreutzberger, que iba pasando por ahí. Al animador de televisión le llamó mucho la atención esta mujer y la invitó a su programa. Desde ahí las dos docenas de panes pasaron a ser 400. Fueron sumando a éstos, empanadas, perniles y luego una rústica mesa con 4 sillas, junto al horno de barro. “La gente que venía me decía que quería comer sentada en una mesa”.

Lógicamente que a esa mesa se sumaron otras, cada vez más; tanto dentro de la hostería como en el jardín. Como Doña Tina nunca aprendió a leer ni escribir, pero sí a contar, sabía cuánto gente había comido en su local contando las servilletas. Un día, le dijo a su hijo mayor que había sido una lástima quedarse sin aprender a leer, a lo que él respondió “Así está bien mamá si no, sería diferente y no la misma”.

Todos los hijos trabajan en el restorán

Los 6 hijos y su hija  Angélica, se integraron al restorán, aprendieron todas las recetas, se dividen en la cocina, caja, compras, facturas. Más tarde se sumaron a sus propios hijos, los nietos de Doña Tina, así hoy día, trabajan allí las tres generaciones, conformada por 7 hijos , 30 nietos, todos universitarios, pero que ayudan los domingos, en que hay 64 personas trabajando entre la cocina y en la atención a público.

Agustina Gómez, Doña Tina, de 72 años, tiene a José Martín, de 5 años, a quien adoptó de un matrimonio haitiano de cocineros que le rogaron lo hiciera, pues no podían criarlo y ya tenían otros 4 hijos en Haití. Tina no lo pensó mucho y se llevó al pequeño desde el hospital. Lo habló con sus hijos y éstos, aunque renuentes al principio, acogieron al bebé con mucha alegría y hoy José Martín cuenta con 6 papás y dos mamás. El niño es feliz, de tipo atlético y da saltos todo el día tratando de imitar a Tomás González, el mejor gimnasta que haya tenido Chile.

Nuevamente madre: su realización tras largos años de trabajo

Doña Tina empezó de nuevo con la crianza, sintiéndose enteramente feliz y realizada, “porque cuando mis propios hijos estaban pequeños jamás tuve tiempo de regalonearlos ni nada. Llegaba de la cocina del restorán y tenía que empezar a pelar papas y hacer preparativos para el otro día. Mi hijo mayor Luis, hace pocos años me dijo: Mamá, yo eché tanto de menos que Ud. me hubiera regaloneado de chico. La esperaba despierto hasta tarde para que me diera un beso”. Pero simplemente no se pudo. El intenso trabajo que le permitió surgir no contemplaba ningún minuto para dedicar más tiempo a los hijos.

Hoy, la vida es otra. Con su perseverancia, logró llegar a un sitial que jamás soñó al empezar. Hoy, sus hijos quieren que descanse, que disfrute de la vida, pero su costumbre de trabajar arduamente no se lo permite. Llega a las 7 de la mañana a su cocina, desde su casa  ubicada al frente, y empieza a mirar todo, a disponer, conversa con el personal, ve que no falte nada. Siempre con su impecable delantal  blanco. Los domingos, sí señala, “no me dejan trabajar, entonces paseo por las mesas y saludo a mis clientes. Clientes que llegan desde  todas partes, ejecutivos, diplomáticos, extranjeros, todos buscando una mesa para degustar su riquísima comida.

Es que descansar no está en el ADN de doña Tina. Ella surgió a punta de empuje, trabajo y constancia ininterrumpida.

Ocho meses en la cárcel

Para Doña Tina nunca se presentó algo que no pudiera resolver adecuadamente.  Mostró además su enorme capacidad de resiliencia, pues tuvo que  pasar 8 meses en la cárcel femenina, por un cheque al que su contador,  quien sabía que ella no sabía leer, le agregó tres ceros. La estafa la tuvo que pagar ella.  Las monjas a cargo sabían que era una buena mujer y excelente cocinera y la destinaron a la cocina. “Allí me preocupé de sazonar un poco las comidas que eran siempre igual, pero tuve que pelar frutas y verduras con las uñas, porque a las presas no se les permite usar cuchillos”. Esto cambió cuando una de las internas le pasó clandestinamente un cortaplumas lo que le facilitó la labor.

Viaje a sus raíces

Así es la vida de esta mujer tremendamente luchadora, con una garra a toda prueba. Hace poco viajó fuera de Chile, estuvo invitada a Uruguay, “donde me trataron como a una reina, me llevaron a comer a todos lados.  Ellos son Julia y Santiago, a quienes conocí en mi negocio”. Continúa, “Mi receta para triunfar es ser perseverante, nunca echarse a morir,  si un día no tiene carne, come porotos”.  Igual declara que es una agradecida de Dios, de la Virgen, de sus hijos y de la vida.

Hace poco viajó a San Carlos a visitar a sus primas, “me atendieron estupendo, pero yo miraba todo y estaba igual que cuando yo me vine, hace muchos años”. “Allá subí al cerro, conversamos, paseamos y pensé en lo bueno que fue para mi trasladarme a Santiago”.

Segundo libro: Su legado  a la gente

Ahora está terminando su segundo libro- éste será de lujo y llevará recetas y su historia. “El libro va a ser el legado que voy a dejar .Tiene 250 páginas y quiero que don Francisco escriba el prólogo y lo lance igual que la otra vez en abril de 2008”.

Doña Tina comparte igualmente todos sus secretos culinarios  a través de clases de cocina que imparte. También  se dedica a dictar charlas motivacionales en colegios , universidades y organizaciones sociales.

Austeridad: una constante en su vida

Esta empresaria gastronómica además cultiva una austeridad  única, en estos tiempos en que el consumismo se ha desatado en forma demencial.  No gasta en nada superfluo, ahorra todo y con eso ha podido adquirir propiedades como casas, departamentos y unas parcelas en Melipilla. “Soy una economista, no gasto en nada innecesario, no uso maquillaje, ni ropa lujosa, ni joyas. Nada de eso me interesa, soy feliz así y nunca se me fueron los humos a la cabeza. Sigo trabajando como cuando no tenía nada”.

La sencillez, austeridad, integridad de Doña Tina es un ejemplo único. Se muestra tal cual es, no necesita representar nada. Así la quiere la gente. Doña Tina, con su sencillo delantal blanco, su amplia sonrisa, sinceridad y cariño ha conquistado a toda la gente.

Premios y reconocimientos

Son muchos los recortes de prensa enmarcados en su local, sus fotos con autoridades y los diplomas que ha ganado. Los hay del Culinary, que le otorgan el Primer Lugar en la categoría Cocina Chilena; diploma  de Emprendedora de la Escuela de Negocios de la Universidad Andrés Bello y otros. Hay una distinción muy importante que le concedió la anterior alcaldesa de Lo Barnechea, que es la  de  “Vecina Ilustre de Lo Barnechea”, por su constante labor, ejemplo y ayuda en pro de la comuna.

Nos despedimos de Doña Tina, agradecida por su acogida en su casa y local, nos invita a volver siempre. Gracias Doña Tina, hacen falta muchas Doñas Tinas en Chile, su ejemplo es una enseñanza de vida. Una lección de humildad. Muchas cosas. Nos llevamos sus palabras, sus confidencias, todo su entorno en el corazón y la mente. Su lección de vida no es para quedar indiferente.

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Hostería Doña Tiña

Camino  Los Refugios del Arrayán 15.125, El Arrayán. Reservas 321 6546

 

Doña Tina, feliz junto a su octavo hijo, José Martín
Doña Tina, feliz junto a su octavo hijo, José Martín
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