Ya anuncié entonces el efecto nocivo que tenían los gases de efecto invernadero arrojados a la atmósfera por las fábricas, las calderas de carbón o de gasoil de las calefacciones, y los automóviles; así como los aviones, barcos y camiones.
El Protocolo de Kioto y el Protocolo de París así lo hicieron ver. Yo describí en los dos volúmenes siguientes un panorama apocalíptico con subidas térmicas de más de cincuenta grados y subida del nivel de los océanos de ochenta metros, desapareciendo las urbanizaciones y las poblaciones por debajo de esa media.
La trilogía fue presentada sucesivamente por Manuel Toharia, César Pérez de Tudela, Cristina Narbona y Jacob Petrus, ante todos ellos advertí los peligros de no hacer caso de mi trilogía, ya que no eran de ciencia ficción, sino de “ficción científica”; esto es, hechos calamitosos que pueden llegar a ocurrir en momentos tan cercanos como el de la pequeña duración de una vida huma. Esto es, que si no se hacía caso de mi trilogía, nosotros los propios lectores y lectoras podríamos llegar a experimentar semejantes horrores.
El Servicio Meteorológico Nacional avisa que a partir del día diez del presente mes de junio, caerá sobre nosotros la primera ola de calor de éste verano. ¿Cuántas olas de calor más se avecinan?; no lo sé. Las olas deberían durar no más de tres, cuatro o cinco días, pero el hecho inquietante es que esta primera ola que se cierne sobre los españoles lo va a acontecer el día diez de junio; esto es, nunca jamás una ola de calor desconocido va a barrer la piel de toro de forma tan tempranera.
Así que ya saben, amigos, preparen los pay-pais, los abanicos, y el aire acondicionado. Solo pido a Dios que no se cumpla la narración completa de los tres libros titulados “Cambio Climático”, “Cambio Climático - Los Supervivientes” y “Cambio Climático - El Retorno”. Pues en el caso de cumplirse muchos de nosotros no llegaríamos a poder contarlo.