Velo Islámico: ¿prohibición, tolerancia o mediación?

El uso del velo por parte de la mayoría de las mujeres musulmanas en las sociedades occidentales plantea problemas cuya solución es compleja, de ahí que en los principales países europeos se vuelva a abrir el debate público sobre el tema, debate en el que intervienen factores emocionales, culturales, religiosos y políticos. Cualquier intento de simplificarlo hace que el problema se replantee, lo que provocaría que la sociedad se divida y crezcan los enfrentamientos interculturales.

En la última década, el radicalismo islamista ha convertido la cuestión del velo en un baluarte de su expansión en Occidente, como se pudo comprobar con las amenazas terroristas contra Francia e Italia, por la prohibición al uso de velo en las escuelas que impusieron estos dos países. Este radicalismo islamista y el miedo defensivo se alimentan recíprocamente y convierte la cuestión del velo, la misma que debería quedar reducida a problemas de ajuste del encuentro entre culturas, en una fuente de recelos, desconfianzas y enfrentamientos, En la convivencia diaria, la del velo no es una cuestión menor y aún lo será menos en el futuro, dada la creciente inmigración musulmana que llega a Europa.

Desde hace algunos años, la cuestión del velo reaparece en Europa con mucha frecuencia, basta recordar el revuelo causado por la osadía del Ministerio del Interior francés al recordar en el 2004 que en el documento de identidad de dicho país, en las fotografías todas las mujeres, como los hombres, debía mostrar su cabeza “descubierta”. En el mismo año, el presidente Chirac firmó un decreto que prohibía el uso del velo islámico en todas las escuelas y centros públicos pues este velo es considerado como signo de sometimiento de la mujer al varón, lo cual es totalmente inadmisible, por ser una clara violación del derecho de la igualdad.

En Alemania un tribunal federal reconoció el derecho a usar el velo a una maestra musulmana, pero dejó abierta una puerta de libre legislación a cada Estado en sus centros escolares.

En el Reino Unido donde se han producido varias sentencias a favor como en contra del velo en los centros educativos, los jueces determinaron que dentro de la autonomía de cada centro, determine su libre decisión de permitir el ingreso de alumnas con el velo. En Holanda está prohibido el burka pero no el velo, que no gusta, pero se tolera.

Aquí en España, por el contrario falta un verdadero debate público sobre este tema del velo, en cuanto que aquí se han ido resolviendo estos temas administrativamente sobre la marcha, los casos individuales que se han ido presentando como el de Fátima, en el 2002, en El Escorial, considerándose este caso como el primero. A Fátima le asignaron un colegio religioso concertado, y se presentó en el centro con el velo, a lo que las religiosas le indicaron que dejara el velo en el armario, junto a las prendas de sus compañeras. El padre de la menor se negó a tal requerimiento y exigió que su hija asistiera velada.La administración educativa dio la razón al padre de Fátima argumentando que lo que debería imperar, es el derecho a la educación. Otros casos similares se han planteado y resuelto en el año 2007, en Gerona y Melilla.

Lamentablemente, ha habido ausencia de un debate intelectual y político previo al tema y como no se puede retroceder en el tiempo, sino aprender de él, las propuestas de buenas intenciones (satisfacer al diferente, armar poco ruido, mostrarse blando), demuestran que en parte la sociedad española, existe un síndrome de falta de identidad y que predican la tolerancia o intolerancia sin preguntar antes si su proceder suaviza o fortalece la intolerancia del mundo musulmán.

Nadie tiene recetas ni pócimas mágicas para solucionar de la noche a la mañana numerosos problemas, en donde el planteamiento principal sería integrar un código cultural dentro de otra cultura mayoritaria que posee otros códigos, pero lo que si se podría hacer sería someter a un debate público toda una serie de cuestionamientos como:¿Qué condiciones de significado deben exigirse para aceptar el velo, sobre todo en las escuelas, institutos y colegios?.

¿Qué diferencia de posición hay que mantener frente al velo según la libertad o ausencia de ella que tenga la mujer para decidir si llevarlo o no?
¿Tiene alguna razón de ser la propuesta de laicizar todos los espacios o centros escolares y prohibir todos los signos religiosos?
Y por último esta gran interrogante:¿Es legítimo y conveniente equiparar el velo islámico a los hábitos de congregación religiosas, entre ellos el velo y el crucifijo?, es ahí donde me pregunto y me respondo,¿Cómo se define ahí la libertad e igualdad de la mujer?... ¿tolerando el velo o prohibiéndolo?

¿Es que acaso las religiosas (monjas) no usan velo?... y aun así les dejan entrar en cualquier lugar publico y privado y son maestras, etc., ¡vaya contradicción! Estas y muchas más cuestiones deberían ser los ejes de reflexión en este país y en toda Europa, para que se consiga una fórmula que favorezca la lucha por la igualdad de la mujer y que limiten así, las intransigencias.