El afectado acudió a su sucursal de Bankia en Málaga en marzo y allí le hablaron de que tenían un producto muy rentable para su dinero. Ante ese ofrecimiento, el usuario solicitó que le dieran las condiciones por escrito y que lo pensaría, porque acababa de concluir con otro producto financiero con sus ahorros de toda la vida, concretamente 120.000 euros que habían pasado a su cuenta bancaria.
Unas semanas después, el afectado se personó en la oficina de Bankia para recoger y estudiar la información de los nuevos productos ofrecidos. Sin embargo, cuando el reclamante llegó a la sucursal le entregaron dos seguros de vida de 75.000 euros y 25.000 euros respectivamente y le instaron a que firmara las mismas. Le ofrecían una renta mensual por su dinero.
Tras examinar las pólizas, el usuario manifestó que no deseaba contratar esos productos, pero al actualizar la libreta del banco descubrió ante su sorpresa que ya se habían efectuado los cargos de las primas, además aparecía un tercero de 20.000 euros donde sólo se especificaba como concepto “orden de traspaso” sin ningún otro detalle.
El reclamante pidió la devolución inmediata de sus ahorros y acudió a FACUA Málaga para denunciar los hechos sufridos. En la asociación se dirigieron al servicio de atención al cliente de Bankia para reclamar la devolución de los 120.000 euros sustraídos de manera irregular.
La asociación alegó en su reclamación que el personal de la sucursal había realizado los cargos sin el consentimiento del afectado. Por este motivo FACUA instó a Bankia a la restitución inmediata de los ahorros de toda la vida de este usuario, y recordó a la entidad la gravedad de los hechos al mover el dinero de la cuenta del reclamante sin su autorización.
El afectado explicó en la asociación que además había recibido presiones por parte de los empleados de la sucursal para que firmara las dos pólizas. Durante el proceso de reclamación, atendió distintas llamadas de Bankia insistiendo en que rubricara los contratos de los seguros, incluso llegaron a decirle al usuario que podían despedirlos si no lo hacía. Pese a todo el afectado se mantuvo firme en su decisión de no invertir sus ahorros en esos productos.
FACUA también recordó en su reclamación a Bankia que aunque el usuario hubiera firmado las pólizas, cosa que no hizo, habría tenido treinta días para desistir como marca la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro en su artículo 83 a.
Asimismo la Ley 22/2007, de 11 de julio, sobre comercialización a distancia de servicios financieros destinados a los consumidores, en su artículo 10 fija el derecho de desistimiento en treinta días naturales en el caso de contratos relacionados con seguros de vida. Además aclara la norma que el plazo “comenzará cuando se informe al consumidor de que el contrato ha sido celebrado. No obstante, si el consumidor no hubiera recibido las condiciones contractuales y la información contractual indicada en el artículo 7.1, el plazo para ejercer el derecho de desistimiento comenzará a contar el día en que reciba la citada información” (sic).
Tras las actuaciones de FACUA, Bankia procedió a devolver los 120.000 euros al afectado en unos días.
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