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EXTREMADURA

Mitología extremeña

  • Por María del Carmen Calderón Berrocal* - desde Sevilla

jueves 20 de noviembre de 2025, 23:16h
Mitología extremeña
20NOV25 – SEVILLA.- Aunque Extremadura fue una de las últimas regiones peninsulares en recibir atención etnográfica, sus montes, dehesas y sierras esconden un catálogo rico en leyendas y seres fantásticos. Autores como Félix Barroso, Fernando Flores del Manzano o incluso la mirada más televisiva de Iker Jiménez han rescatado relatos que antes solo vivían en la voz de abuelos y pastores. Publio Hurtado ya dejó pinceladas a inicios del siglo XX, pero fue en épocas recientes cuando se intentó sistematizar este mundo que, mientras se documentaba, ya empezaba a desvanecerse.
En Extremadura, en zonas fronterizas con Portugal, se cree que el séptimo hijo varón consecutivo nace hombre lobo (Imagen de referencia – creada con IA)
En Extremadura, en zonas fronterizas con Portugal, se cree que el séptimo hijo varón consecutivo nace hombre lobo (Imagen de referencia – creada con IA)

Asustadores y figuras para atemorizar

En Extremadura, como en muchas regiones de la Península, existen personajes usados para infundir miedo a los niños y disuadirlos de comportamientos peligrosos. Entre ellos figuran seres ampliamente conocidos como el Coco, el Bu, la Marimanta, la Mano Negra y el Hombre del Saco, con sus variantes locales.

En zonas concretas se nombran otros: en Azuaga aparece Juan Colorín, armado con porra y candil; en las Vegas Bajas del Guadiana, el Pituso. Para evitar que los niños se acerquen a pozos, se mencionan criaturas como la Maruña o la Moracantana.

Brujas y Zánganos

Las brujas extremeñas, temidas y respetadas, contaban con ayudantes llamados zánganos. Eran hombres comunes sin poderes propios, pero con habilidades prestadas por las brujas: podían volverse invisibles, entrar por rendijas y chimeneas; y causar alborotos nocturnos. Su labor más importante era organizar los aquelarres, tocando tambores gigantes que producían luces fantasmales y ritmos extraños en plena sierra.

Duendes y seres menudos

En todas sus variantes, los duendes han llenado de trastadas casas, establos y desvanes. Desde los frailecillos que brillan en la oscuridad hasta el Duendi Jampón que devora comida como si no hubiera fondo. En Las Hurdes, el duendi zunguluteru y su compañera la duenda provocan gases, mueven cacharros y hasta “cuentan costillas” a los durmientes. En Garganta la Olla, algunos imponen juramentos que, de no cumplirse, traen infertilidad. En el Jerte, la Pomporrilla es diminuta, fea y peluda, con una sola mama y pasión por las castañas.

El Lagarto de las Peñas

También llamado Dragón de las Vegas Bajas, vive entre rocas y encinas de la zona Mérida-Badajoz. No es solo enorme, sino astuto y justiciero a su modo: castiga a los que mueven linderos, se lleva los perros de pastores tramposos y, si se enfada mucho, baja al pueblo a cenar ancianas maledicentes.

La Chancalaera

En la mitología hurdana, se parece a la Serrana de la Vera: una mujer alta, fuerte y cazadora, que puede transformarse en anciana, animal o ave. Vive en una cueva del Pico de las Corujas y es capaz de dar zancadas gigantes (“achancalar”) para cruzar ríos de un paso. Si escucha llorar a un niño, entra a la casa y se lo lleva… otra forma de decirles a los pequeños que dejen de berrear. Teme al Entiznáu y prefiere evitarlo.

La Genti de Muerti

O Corteju de Genti de Muerti, es la aparición de dos ancianos a caballo que buscan un alma que morirá esa misma noche. Vestidos con faldones que ocultan sus piernas, ojos blancos y manos huesudas, siempre se presentan con la frase “somos Genti de Muerti” antes de desvanecerse, dejando olor a sepulcro. Clara referencia a los pobladores de Extremadura, repobladores, tras la Reconquista, elementos galáicos que dejan su huella para siempre en la zona.

El Machu Lanú

Criatura hurdana con cuerpo de macho cabrío, voz humana y cuernos retorcidos. Camina erguido y, antes de aparecer, levanta un aire frío. Aunque da miedo en los relatos, también es figura festiva en carnavales.

El Entiznáu

Gigante oscuro de la mitología hurdana, vestido con ropas negras, sombrero grande y rostro tiznado. Es capaz de desatar tormentas, lanzar rayos con su eslabón y pedernal; y producir truenos con su tamboril. También agita las nubes con su sombrero para provocar lluvias. De carácter irascible, castiga a quienes rechazan su ayuda. Se le considera enemigo de la Chancalaera y comparte función de señor de las tormentas con los Escolares y los Mulachinis del Cielu.

El Encontráu

En la tradición hurdana, el Encontráu se asocia con enfermedades cutáneas (como urticarias) causadas por la “mala influencia” de animales salvajes. Se cree que el simple hecho de ser observado por un animal o pisar por donde pasó puede contagiarlo. Para prevenirlo, se pronuncian fórmulas protectoras y, si ya se contrajo, se “barre” con plantas silvestres o prendas específicas mientras se pronuncian conjuros.

El Gruñu

Criatura demoníaca que habita en cuevas del Valle del Jerte. De aspecto tenebroso, vestimenta oscura y voz profunda, solo sale por las noches. Maldice a caminantes nocturnos, alterando su carácter y sometiéndolos a su voluntad.

El Jáncanu y el Pelujáncanu

Versiones hurdanas del cíclope, de tamaño gigantesco, cuerpo cubierto de pelo y un solo ojo en la frente. Suelen vivir en cuevas y dedicarse al pastoreo, pero son hostiles y antropófagos. El Pelujáncanu se distingue por su calvicie con un único pelo en el que reside su fuerza. Existen relatos locales equivalentes al mito de Polifemo adaptado a la realidad hurdana.

El Más Allá hurdano

Julián Sendín Martín, de Vegas de Coria, relató una visión propia del Más Allá: las almas no van al Valle de Josafat como dicen los curas, sino que recorren las noches en procesión según las fases de la luna. Las que tienen pocas culpas ascienden al cielo; las que deben purgar más son enviadas a desiertos donde sufren tormentas enviadas por almas ya salvadas. Cuando expían sus penas, ascienden.

El Zamparrón

Monstruo mitológico del Valle del Jerte, semejante al Tragaldabas o Zamparrampa de otras regiones. Deforme, con cuerpo elástico y rostro desagradable, devora todo sin masticar gracias a su estómago extensible. Puede colarse por rendijas para entrar a las casas.

Jáncanas

Seres femeninos deforme y monstruoso, con un solo ojo (o tres pequeños en versiones locales) y cabellos enmarañados. Viven en cuevas y pueden transformarse en mujeres hermosas o serpientes gigantes. Pueden acosar a pastores, cortarles la lengua o engañarlos con regalos. Aunque en su mayoría son malvadas, algunas ayudan a personas perdidas.

La Encorujá

Brujas con forma de luces que se introducen en las casas. Pueden oprimir el pecho de los durmientes (similar a la Pesadilla) y desplazar a los bebés a lugares imposibles.

La Mano de Oro

Leyenda del Valle del Jerte sobre una mano de oro que, además de despertar codicia, mata ganado dejando su marca grabada como fuego en sus lomos. La fortuna que promete se convierte en desgracia.

La Moza de ánimas

En pueblos como en La Alberca, continúa saliendo todas las noches la Moza de ánimas con su esquila, cantando unos ruegos por las ánimas del purgatorio. Sobre la misma existe una copla tradicionalí:

"Vengan, vengan mis amigas y se sienten a mí vera

Que pronto vendrán las ánimas

Vendrán llamando a la puerta

A pedirnos los favores para sacarlas de penas

Oid cristianos, oid

Lo que las ánimas penan

Unas penan de los brazos y otras de manos y piernas.

Y otras penan de la vista, por no mirar con decencia.

Y ahí se asoma Caín

Envuelto en llamas tremendas: Mi hermano es mi hermano Abel

Perdóname mis ofensas.

Y ruega a Dios que me libre de tan penosas cadenas"

Licántropos (Lobusome o Lobisome)

En Extremadura, sobre todo en zonas fronterizas con Portugal, se cree que el séptimo hijo varón consecutivo nace hombre lobo, transformándose en noches de San Juan, viernes o luna llena. Puede atacar a personas o animales. La maldición se rompe con un bautizo especial o mediante sangría. La séptima hija hembra, en cambio, nacería bruja.

Los Malus Vientus

Torbellinos silenciosos que, sin levantar polvo, pueden hacer desaparecer temporalmente al ganado, devolviéndolo poco después ante el desconcierto de los pastores.

Moras y encantadas

Damas de belleza sobrenatural que viven en fuentes, castillos o arroyos. Esperan ser desencantadas por algún valiente, pero si se rompen las condiciones, la tragedia es segura. En la Alta Extremadura es frecuente la historia de la cadena de oro en una fuente que desaparece cuando alguien intenta quedársela. Otras leyendas hablan de tiendas mágicas regentadas por moras o jáncanas que premian la respuesta correcta… y castigan con tijeras de oro o cuchillos a quienes fallan.

Los Mulachinis del Cielu

Pequeños seres con un solo ojo que juegan entre nubes de tormenta, forjando rayos con cinceles. Se les clavan cruces de torvisco en los montes para protegerse de ellos.

Procesión de Almas

Equivalente hurdano de la Santa Compaña. Las almas en pena bajan por el valle del Malvellido todos los jueves a medianoche, vestidas de blanco y con velas encendidas. Cruzarse con ellas significa una muerte segura.

Serrana de la Vera

Gigantesca mujer cazadora que vive en las montañas de La Vera. Atrae a hombres al monte, a veces para amarlos, a veces para devorarlos. Leyendas, romances y canciones la han convertido en la figura más famosa de la mitología extremeña.

Sirenas

A pesar de ser tierra de interior, Extremadura conserva leyendas de sirenas en ríos y lagunas. Se dice que adquieren su forma por maldiciones, surgen del agua peinando su cabello y cantando para seducir a pescadores o pastores, atrayéndolos a su muerte. Ejemplos se encuentran en el Tajo (Garrobillas), la fuente de la Luná (Usagre) y el Charco Joyón (Caminomorisco).

Zajorilis

Sabios locales de las Hurdes, guardianes de la tradición, medicina popular y derecho consuetudinario. Algunos eran considerados capaces de adivinación o incluso de dones sobrenaturales, como conjurar tormentas o sanar con el aliento. El último reconocido fue Eusebio Martín Domínguez (“Ti’ Usebiu”) de El Gasco, fallecido en 1987.

*María del Carmen Calderón Berrocal, Dra. Historia. Ciencias y Técnicas Historiográficas, Correspondiente por Extremadura en Academia Andaluza de la Historia, Cronista Oficial de Cabeza la Vaca. Secretaria Canciller de la Asociación de Cronistas de Extremadura y miembro de la Real Asociación de Cronistas de España

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