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¿Por qué sigue Jesús colgado en la cruz? |
¿Por qué sigue Jesús colgado en la cruz?
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Para la cristiandad la Semana Santa debería ser un recordatorio de las Enseñanzas que nos trajo Jesús de Nazaret a toda la humanidad para así orientar nuestra vida a Cristo, ese debería ser el sentido y finalidad de nuestra vida en la Tierra. Esto que nos enseñó Jesús de Nazaret, nos conduciría a un cristianismo activo, lejos del cristianismo pasivo centrado más en ritos y dogmas que en cumplir en la vida diaria las Enseñanzas de Jesús. Para esto sería bueno tomar las propias palabras de Jesús al despedirse de sus discípulos: “El que recibe mis preceptos y los guarda, ese es el que me ama. El que me ama a mí será amado de Mi Padre y yo le amaré y me manifestaré a él”.
Los cristianos llevan 2000 años recordando la muerte de Jesús de Nazaret, cuando el simple recordar no nos conduce a nada, ¿de qué sirve estar de duelo porque Jesús fue crucificado?, sería mejor que estuviéramos más bien tristes por nuestros propios pecados. Si paso a paso vivimos según los Diez Mandamientos y el Sermón de la Montaña, no necesitaremos preguntar a qué religión pertenecemos, podremos decir con razón que somos los de Jesús, los del Cristo vivo y que seguimos Sus Enseñanzas y por tanto somos cristianos. Todo lo demás, dogmas, ritos y cosas por el estilo son sólo flores aparentemente cristianas. Pero quien sabe y cree que el Espíritu de Cristo vive en nosotros, que Dios, el gran Amor, nos ama a cada uno de nosotros, ó que el Padre Eterno jamás nos condena, ese, con todo su corazón dirá sí a Cristo y a Sus Enseñanzas.
Todos lo cristianos creemos que Cristo resucitó. Pero ¿que diría el Espíritu vivo del Cristo de Dios en la actualidad sobre el corpus que adoramos y sacamos en procesión cada Semana Santa? Un extracto de un Mensaje del Universo dado en la actualidad nos revela el significado de la cruz con las siguientes palabras: “Sólo clama, “crucifícale, crucifícale”, quien todavía está sujeto a la cruz de su pecado. Quien se ha crucificado a sí mismo mediante el pecado, sólo ve a través del ojo del pecado y quiere ver a todos allí donde todavía está el mismo: en la cruz del pecado.
En la Publicación “Esta es Mi Palabra Alfa y Omega. El Evangelio de Jesús”, leemos: “La cruz fue erigida con el cuerpo de Jesús, pero el cuerpo fue quitado de la cruz y el Resucitado se ha mostrado y manifestado. Esto significa que Yo, Cristo, Soy la vida resucitada en todas las almas y hombres”. El verdadero cristiano ve la cruz sin el crucificado, como signo de la Redención y como resurrección en Dios. Los demonios han creado la cruz con el cuerpo. Con ello quieren simbolizar Mi derrota. Pero la cruz y el crucificado llegaron a ser y son su cruz y su derrota. El verdadero cristiano se acuerda de Mi resurrección, ya que ha resucitado en y a través de Mí. Sólo lamenta Mi muerte en Jesús el que aún no ha resucitado conscientemente en Mí, el Cristo.