Stephen Hawking, ejemplo y esperanza para todos nosotros

Llegado a la madurez se me desató la enfermedad neurodegenerativa que padezco (¿por qué siempre hablo de mí?, pues sí, lectores, porque es uno de los temas que mejor conozco y pienso que el ser humano debe conectarse a los demás a través de lo que mejor haya experimentado). La enfermedad de “Párkinson”, también progresiva y paralizante como la de Stephen Hawking, no tiene remedio ni curación, es la que ahora padezco por lo tanto semejante a la que sufre el físico británico.
El suplemento dominical del diario “El País” del 22 de septiembre, le dedica un amplio reportaje, no me atrevería a decir entrevista, porque no lo es, carece de la extensión y profundidad necesarias para transcribir el pensar y el sentir de este monstruo de la inteligencia y el tesón que es Hawking con su esclerosis lateral amiotrófica que padece desde los 21 años y al que los especialistas daban solo 2 años de vida (ahora tiene 70 años, igual que el que firma el presente artículo).
Ha explicado la naturaleza de los llamados agujeros negros y el origen del universo, la denostada hipótesis del “Big-Bang”. Llegó a Cambridge con ese pronóstico desolador, pero apoyó su estrategia de supervivencia en tres pilares: el amor de su mujer, Jane Wilde; el incentivo intelectual de Roger Penrose, su acompañante; y su “indómita y obstinada rebeldía”. Pongo esto lector entre comillas porque es el hallazgo más inteligente de José Eldestein, el autor del reportaje.
La enfermedad que sufre y avanza aumenta la dificultad para comunicarse del científico más famoso del mundo pero nada le impide charlar con el planeta; acaba de presentar sus memorias y el Festival de Cine de Cambridge ha proyectado un “biopic” sobre su vida.
Hasta ahora se le ha negado el Nobel, quizá porque es demasiado famoso como para recibirlo, tiene sin embargo la prestigiosa Medalla Copley, el premio científico más antiguo del mundo que han ganado Darwin, Franklin, Einstein, o Pasteur. Hawking ha escrito libros que explican al gran público lo que es el Universo que habitamos, como fue su pasado y como será su futuro.
 “Intento llevar una vida plena. Soy más feliz ahora que antes de desarrollar mi enfermedad”. “Nadie quiere ser discapacitado, la ciencia debe prevenir y curar enfermedades como la mía”. “Estamos en peligro de destruirnos a nosotros mismos por nuestra codicia y estupidez.”.
Las charlas de Hawking están llenas de humor y él sabe guardar silencio para escuchar las risas del público. Como autor teatral y narrador que soy sé que es más difícil hacer reír a la gente que hacerla llorar, para hacerla llorar ya está la propia vida, muchos medios informativos venden solo malas noticias creo que esto hace un daño enorme al público, al ciudadano de a pie.
El astrofísico es padre de dos hijos, Robert y Lucy. Se casó dos veces. Trabaja en el despacho en cuya puerta aparecía una placa dorada con caracteres negros que decía: “Profesor Isaac Newton”.
Hawking sobresale en la tarea de inundar de ilusión y pasión por la ciencia a los jóvenes, tarea que han compartido mis amigos Manuel Toharia, Jacob Petrus, Eduardo Sotillos, Paquito Fernández Ochoa, César Pérez de Tudela y yo mismo, nos apasiona la “divulgación científica”, igual que Stephen nos sentimos obligados en hacer llegar a la gente nuestros saberes, nuestra pasión.
Hawking ríe mucho, “nunca he querido sentir pena de mí mismo”, creo que esta afirmación sustenta el aparente milagro de que haya sobrevivido tanto tiempo a los pronósticos catastrofistas de los médicos; ha superado neumonía y caídas, le han hecho la traqueotomía igual que a Juan Pablo II que tras los cristales de sus apartamentos seguía bendiciendo en silencio a los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
No sentir pena de uno mismo a veces no es nada fácil pero es quizá el secreto de seguir luchando, de seguir amando a los demás, de seguir escribiendo, de seguir investigando o de seguir leyendo y publicando generosamente lo que escriben los demás, empeñando en esa tarea muchas horas – quizá las mejores de su propia vida -…. Cuando muchas veces esa persona podía decir cosas más interesantes o ideas expuestas de una forma más precisa y más bella.

(*) German Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos. Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía),(Ed. Entrelíneas Editores), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)