Muchas trabajadoras del hogar apenas cubren sus necesidades básicas en Perú
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
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Una empleada de hogar en Perú no puede cubrir sus gastos básicos con el salario que gana
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Gran parte de las 700.000 empleadas domésticas en Perú apenas cubren con sus salarios sus necesidades básicas y, a pesar de que existe una ley que las protege, desconocen sus derechos laborales, alertaron hoy activistas al conmemorarse el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar.
"Con un salario inferior a los 550 soles (192 dólares como sueldo mínimo), una trabajadora no puede cubrir sus gastos ni mandar dinero a su familia en su pueblo. El sueldo que gana no le alcanza para vivir", dijo a Efe la coordinadora de la Asociación Grupo de Trabajo Redes (AGTR)-La Casa de Panchita, Sofía Mauricio.
Las trabajadoras "desconocen sus derechos y no pueden acceder a servicios porque no están diseñados para atenderlos", señaló la asociación en un informe presentado hoy en el Ministerio de Trabajo.
A pesar de que existe una ley (la 27986) que fija las condiciones laborales, muchos de los empleados domésticos trabajan y viven en condiciones penosas en las casas de sus empleadores, acotó Mauricio.
Algunos ejemplos de las penurias que padecen estas trabajadoras son que se les obliga a dormir en un colchón sobre el suelo en un depósito, no se les da descanso de 24 horas ni se les paga vacaciones, o se les priva de sus alimentos como una forma de sanción, recordó la AGTR.
Estas trabajadoras, la mayoría procedente de alejadas provincias, laboran en casa de sus "madrinas", como suelen llamar a sus empleadoras, desde temprana edad por "un plato de comida y/o una propina eventual" bajo un régimen en el que no pueden salir solas a las calles.
Además, hay algunas trabajadoras que han realizado las tareas más duras del hogar por varias décadas sin que se les compense por el tiempo de servicio.
Según datos oficiales, al menos 110.000 trabajadores del hogar son niñas, niños y adolescentes, pero para la AGTR estas cifras no son exactas debido a que los que se desempeñan en este oficio no quieren declararlo.
"Es el propio Estado el que las discrimina al no vigilar que se respeten los derechos y no sean víctimas de abuso", tal como sucede en algunas agencias de empleo donde se les retiene los documentos originales de identidad, enfatizó Mauricio.
Otra forma de abuso es la que ejercen las "madrinas", que son las empleadoras que reciben a niñas o jóvenes humildes del interior del país bajo el encargo de cuidarlas y educarlas, a cambio de que ayuden en las tareas del hogar.
Las menores en este contexto son expuestas a la explotación y a trabajos peligrosos dado que tienen que manipular fuego, electricidad o químicos, no pueden asistir regularmente a la escuela y en el extremo son víctimas de abuso sexual, explicó Mauricio.
Si salen embarazadas, las trabajadoras son echadas de las casas intempestivamente y cuando éstas tienen hijos, el menor es confinado al área de servicio, o simplemente la empleada doméstica que trabaja como interna en la vivienda sólo puede verlos una vez a la semana.
En los casos más traumáticos, las trabajadoras del hogar son víctimas de agresiones: golpes y hasta violaciones por parte de sus empleadores, maestros o parejas.
La realidad es cruda ya que una empleada del hogar es violada en Perú "casi cada día", según datos recientes del Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar del país andino.
"Lo general es encontrar en las trabajadoras del hogar una baja autoestima, desconfianza hacia las relaciones entre pares, temor a los varones y síntomas de depresión", señala el informe.
Mauricio destacó los avances en la defensa de los derechos de los trabajadores del hogar en Brasil y Chile y los esfuerzos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para que se suscriba un convenio en esta materia.