Semejante afirmación sólo puede ser entendida desde la óptica del más obtuso e involucionista observador preñado de arcaicas ideas derechistas que consideran a los trabajadores simplemente como “carne de cañón” o elementos de usar y tirar.
Lo que el desubicado presidente comunitario no se ha detenido a pensar es que si los trabajadores han debido recurrir a esta herramienta legal y perfectamente estructurada, se debe a que los patronos y quienes gobiernan, lo están haciendo –en lugar de con la cabeza y el sentido común-, con otra porción de la anatomía que tiene otras funciones y que no son precisamente, el pensar o decidir.
¿Sabrá este buen señor de que el derecho a huelga ha costado décadas de luchas a la clase trabajadora y que para llegar donde estamos han debido morir cientos de trabajadores a lo largo de los años?
El DERECHO A HUELGA que asiste a todos los trabajadores no es un capricho de dirigentes sindicarles u obreros termocéfalos deseosos de desestabilizar al gobierno o complicarle la vida a “los señores”. Es la herramienta que pueden esgrimir los trabajadores ante los abusos de quienes ostentan –transitoriamente-, el poder…
Si González fuera un poco más listo -y antes de emitir semejantes opiniones-, debería pensar que la mejor manera de evitar esta hemorragia de huelgas sería administrar políticas y acciones de gobierno en la dirección correcta y pensando en el beneficio colectivo y no en los intereses de grupos determinados.
González, hace gala de un severo desconocimiento de la génesis del derecho a la huelga-, e invoca a "quien tenga competencia", para intentar frenar el rechazo a su cruzada para privatizar la Sanidad sin saber (o quizás sabiéndolo sobradamente), que tal peregrina petición no tiene ninguna posibilidad de prosperar pero que, como artimaña publicitaria para “cargarle el muerto” a los trabajadores quizás valga o al menos, eso es lo que él cree.