¿Qué pasaría si Francia sigue en huelga?

Según expertos consultados por el diario Le Monde, las protestas masivas por la reforma laboral en Francia no tienen un impacto fuerte en la economía. Por lo menos no aún. De continuar, como en el caso de las protestas en 1995 y las de 1968, el PIB se vería afectado y la inversión extranjera se retrasaría.

Los sindicatos y los empleados están en desacuerdo con el proyecto de ley, aprobado en primera instancia por el Ejecutivo sin contar con la votación de los diputados, porque, en términos generales, provee a las empresas de un poder sobre los empleados del que carecían hasta ahora. Entre otras reformas, la ley prevé que los acuerdos empresariales tengan primacía sobre los acuerdos de sector, que suelen ser más favorables con los trabajadores, y el Código Laboral (vea otras reformas en los recuadros). Dicho cambio transformaría la primacía de los sindicatos que representan a la mayoría de los empleados y el pago de horas extras.

Ayer acudieron a las calles más de 18.000 franceses en un contexto que, en suma, es desalentador: puentes bloqueados, cese de actividades en el sector de transportes, paro en las refinerías y petroleras, carencia de gasolina en los principales distribuidores del país y la perspectiva de un paro general el 14 de junio. A todo esto hay que agregar la prórroga hasta julio del estado de emergencia, dictado desde los atentados de noviembre en París. En su octavo día de huelga, es posible decir que Francia está semiparalizada. Como dijo el diario The Guardian en estos días, un presidente de izquierda está siendo bloqueado por sindicatos de izquierda.

La consecuencia más palpable es la degradación de la imagen francesa, que afecta en dos puntos específicos: el turismo (hotelería y restaurantes) y la inversión extranjera. De continuar la huelga, según expertos, los hoteles franceses se enfrentarían a la falta de aprovisionamiento y la anulación de numerosas reservas. Por otro lado, los inversores ven con cierta desconfianza el hecho de que la Presidencia francesa tenga una relación débil con los sindicatos, sobre todo en un sector tan esencial como los servicios (energía y transporte).

El presidente François Hollande se resiste a modificar el proyecto de ley bajo el argumento de que disminuirá el desempleo en el país. Su ministro del Interior, Manuel Valls, el que más ha encarado a los sindicatos, admite la posibilidad de algunas “mejoras”, pero no en los artículos más polémicos.

Otros efectos de la huelga podrán verse sólo si continúa. El Estado francés se ha visto obligado, por ejemplo, a echar mano de sus reservas estratégicas de carburante, dado que las petroleras y refinerías están cerradas o trabajan en un porcentaje mínimo. Hasta el miércoles había utilizado las reservas de tres de 115 días. En las estaciones de gasolina, los conductores se abastecen en caso de escasez y una aplicación móvil les indica dónde hay gasolina.

Con la entrada en huelga de las centrales nucleares, que proveen el 75 % de la energía del país, el Gobierno podría verse forzado a importar energía de los países vecinos, pese a que el organismo encargado de distribuir el servicio, la RTE, ha dicho que “la oferta de producción alcanza para cubrir las necesidades eléctricas del país”.

La carencia de un suplemento eléctrico afectaría los servicios generales, justo ahora que viene el verano, un ascenso del turismo y un evento que es esencial para el comercio del país: la Eurocopa, que comienza el 10 de junio. La Confederación General del Trabajo (CGT), que lidera la huelga, aseguró que la producción de energía en el país se redujo en 5.000 megavatios. Doce de 58 reactores nucleares trabajan a media marcha. El paro de las refinerías es el que más preocupa al Ejecutivo: de persistir, desactivaría el comercio y el transporte.

La reforma

Acuerdo de empresa

El trabajo en Francia se rige por el Código Laboral, los acuerdos de sector y los acuerdos de empresa. El Código Laboral prima. La ley invierte la pirámide y da primacía a los acuerdos de empresa (al empleador).

Despidos

Si una empresa presenta pérdidas por cuatro trimestres seguidos, los empleadores pueden recurrir a despidos. El tiempo puede reducirse a dos trimestres. A los empleados les preocupa esa vulnerabilidad.

Sindicatos

Hoy, el sindicato mayoritario tiene la palabra en las negociaciones con el empleador. Con la ley, el sindicato secundario (si representa al 30 % de los empleados) tendría primacía a través de referendo.