Los medicamentos implican el tratamiento principal para esta enfermedad. El tipo de medicamentos usados depende de la severidad de la condición, cuán rápido progresa, y cuánto afecta la vida diaria. Es común para quienes padecen la condición tener periodos donde la enfermedad cesa y luego empeora. Un plan de tratamientos en serie que tome en cuenta el estilo de vida, la historia clínica, y las opciones de tratamiento debería ser desarrollado, seguido, y regularmente chequeado por todos aquellos involucrados en la salud del paciente, sobre todo, el paciente mismo.
Cuando los síntomas cesan y se está en remisión, el médico y el paciente decidirán si se debe bajar la dosis de los medicamentos o dejar de tomarlos. Cuando estos empeoran, debe retomarse el plan. Estos medicamentos se utilizan para aliviar o reducir el dolor, mejorar la función diaria, reducir la inflamación en las articulaciones, prevenir o retrasar un significativo daño a las articulaciones, y mejorar la calidad de vida.
Los medicamentos conocidos como drogas modificadoras de la artritis reumatoide que pueden disminuir o prevenir la destrucción de las articulaciones, son recomendadas hoy en día para el tratamiento temprano de la enfermedad. Todos los pacientes con artritis reumatoidea son considerados candidatos para este tratamiento; este podría implicar una significativa reducción de la severidad de la enfermedad.