Raúl Castro busca modernizar el socialismo en un histórico Congreso .

El presidente Raúl Castro siguió desde una tribuna el desfile que mostraba los medios de combate de la era soviética con los que la isla buscaría hacer frente a una eventual agresión de su histórico enemigo, Estados Unidos.

"Al imperio, un mensaje claro: los jóvenes no fallaremos (...) !Viva el socialismo! !Viva Cuba libre!", dijo Maidel Gómez, una dirigente estudiantil, en un discurso que abrió el desfile.

Cohetes antitanques, lanzacohetes, instalaciones para lanzamiento de misiles y cañones autopropulsados, todos "modernizados" en la isla, surcaron una avenida recién reparada de La Habana. "Dispuestos en todo momento a proteger nuestro cielo por difícil que sea la situación", dijo un locutor mientras unos cinco MiG soviéticos y varios helicópteros de combate sobrevolaban el sector.

Unos mil delegados en representación de todas las provincias de Cuba se darán cita hasta el próximo martes en el Congreso, que se reunirá por primera en 14 años. El único objetivo en agenda es el análisis de las 291 medidas contenidas en el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

La propuesta buscará adaptar aspectos del modelo económico de estilo soviético que adoptó el régimen castrista en el año 1975 durante el primer congreso del PCC. Castro ha advertido de que estas reformas son "inaplazables" para garantizar la supervivencia del sistema socialista. No obstante, la población observa el cambio con escepticismo ante el temor de que sea ella quien soporte el coste de esta transformación.

"El sistema de planificación socialista continuará siendo la vía principal para la dirección de la economía nacional, y a su vez deberá transformarse en sus aspectos metodológicos y organizativos, para dar cabida a las nuevas formas de gestión y de dirección de la economía nacional", señala el primer lineamiento.

Las medidas van orientadas a reducir todos los subsidios, buscar alternativas de financiación, reactivar el aparato productivo, promover la inversión extranjera y reubicar en trabajos privados a unos 500.000 empleados públicos que comenzaron a ser despedidos. El propio Castro ha pedido aliviar al Estado de algunas cargas que considera innecesarias.