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Karadima (i) es visitado regularmente por el actual párroco de El Bosque, Juan Esteban Morales
Karadima (i) es visitado regularmente por el actual párroco de El Bosque, Juan Esteban Morales

Vaticano declara culpable de graves abusos a Karadima

Por Annemarie Balde Loosli – desde Santiago de Chile - [email protected]

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

Sentencia de Roma declara culpable al sacerdote Fernando Karadima  y  le impide ejercer su ministerio para siempre y lo obliga a aislarse. El fallo fue dado a conocer este viernes 18 de febrero por Monseñor Ricardo Ezzati.

El fallo dado a conocer este viernes en Santiago de Chile anunció la sentencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la que se declara culpable al sacerdote Karadima de 80 años y lo obliga a llevar una vida de “penitencia y oración” , en un lugar que establecerá el Arzobispado de Santiago. Al sacerdote acusado se le niega a perpetuidad el ejercicio de su ministerio. Además, veta cualquier contacto con sus ex parroquianos y religiosos con los que se había desempeñado como guía espiritual. De no cumplir la sentencia dictada por el Vaticano, Karadima perderá su condición de sacerdote para siempre.

Las primeras acusaciones contra el sacerdote ocurrieron el año 2003. Pero sólo a partir de 2010 se activaron las indagaciones sobre los graves abusos sexuales a los cuales sometió a varios jóvenes a quienes atendía como confesor y guía espiritual., durante los años 80.

Se ha dicho que Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI y ex representante del Vaticano de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha sido menos tolerante que Juan Pablo II, para las cuestiones de abusos a menores, que se han denunciado. El caso de Karadima se asemeja con el del Padre Marcial Maciel, creador de los Legionarios de Cristo y acusado igualmente de llevar una vida licenciosa, de pederastia y  de la paternidad de varios niños. Benedicto XVI ha dado curso a muchas denuncias gracias a la doctrina contra los abusos que instauró.

El Vaticano junto a la entrega del presente decreto que acusa a Karadima, sugirió que “el arzobispo de Santiago disponga, en común acuerdo con esta Congregación, una visita canónica a la Unión Sacerdotal del Sagrado Corazón, con la finalidad de verificar la eclesialidad de los procesos formativos y la transparencia de la administración económica”.

Investigación de los dineros

El Vaticano ordenó además una visita canónica a la Parroquia de El Bosque, en  la que el acusado ejercía su  ministerio, para verificar los desórdenes financieros y las denuncias de supuestos pagos a testigos para que se abstuvieran de las graves acusaciones que pesaban sobre el sacerdote.

Fernando Karadima Fariña fue un sacerdote muy popular en los años 80 para adelante y contaba con una numerosa feligresía, compuesta por muchos jóvenes de colegios y universitarios. Fueron precisamente ellos los que empezaron a contar a la prensa de los actos de tocaciones y otras inmoralidades que sufrieron, durante la confesión y en otros momentos. Se instaló en ese momento una red de protección que giraba en torno al acusado, dado su popularidad. Aunque los denunciantes eran reconocidos profesionales que habitan tanto en Chile como en el exterior dieron sus testimonios casi llorando, nadie daba credibilidad a estas acusaciones. Uno de estos cuatro denunciantes,  Juan Carlos Cruz, residente en Estados Unidos señaló a la prensa “es emocionante encontrarse con una sentencia tan categórica, que nos diera la razón a nosotros cuatro y a muchos otros silenciosos, a los que nos han llamado mentirosos, y sin embargo, la verdad triunfó”. Cruz añade que con esto comienza la sanación de la gente que ha sido abusada sexual y sicológicamente a manos de Karadima”.

Otro de los denunciantes, José Andrés Murillo, la primera de las víctimas en denunciar al sacerdote ante la Iglesia, señaló “hay una sensación de justicia. Esta sentencia reivindica nuestra voz y la historia ayuda a que otros puedan tener confianza”. Murillo agregó que con respecto a la forma en que Monseñor Ezzati abordó el caso, Murillo matizó las diferencias con su antecesor.”Hay un cambio de mano importantísimo con Ezzati, pero no hay que olvidarse que el anterior Arzobispo, Francisco Javier Errázuriz encontró tan verosímiles las acusaciones  que las envió al Vaticano”. Igualmente Juan Carlos Cruz señaló respecto a Monseñor Ezzati “fue como un aire fresco encontrarse con un arzobispo así”.

Para Murillo por otra parte, este fallo habla muy bien de la Iglesia, y de que el abuso no tiene lugar “cosa que antes no teníamos tan claro”.

En tanto para el abogado querellante, Juan Pablo Hermosilla, dijo  que el fallo es muy importante y esperado. “Mis representados están muy emocionados y con una sensación de reivindicación personal, no sólo de ellos, sino que de todas las víctimas que hay aquí que son muchas. Después de tanto tiempo de no ser escuchados, señaló Hermosilla, y de sentir que se les atacaba, injuriaba y se les insultaba por tener la valentía de enfrentar al sacerdote Karadima, hoy sienten que la Iglesia les da la razón”. El abogado asesoró a los cuatro feligreses de la parroquia El Bosque que hicieron que el caso llegara a la justicia: James Hamilton, José Andrés Murillo, Fernando Battle y Juan Carlos Cruz.

El abogado Juan Pablo Hermosilla agregó que incluso hay actos de tocamientos a jóvenes que persisten hasta el año 2010

En tanto, conocida la acusación del Vaticano, el sacerdote pasa sus días en el convento de las Siervas de Jesús de la caridad, en una habitación alejada de las dependencias de las ancianas y enfermos que viven en el lugar. La casa se caracteriza por su austeridad y se señaló que el acusado sacerdote reza y realiza misas en solitario diariamente. Es visitado regularmente por el actual párroco de El Bosque, Juan Esteban Morales ya  que cuenta con la autorización especial de Monseñor Ezzati, y atendiendo a su edad y dolencias físicas. En el lugar se señaló que el sacerdote se considera inocente.

Finalmente Monseñor Ezzati señaló que autorizó la señalada visita “por cuestión de derechos humanos, ya que también son los derechos de  las personas que están juzgadas y que están en la cárcel”.

Históricamente las Siervas de Jesús salían a cuidar enfermos a la calle, pero ahora poseen consultorios y residencias en varias ciudades. Los residentes son enfermos o adultos mayores y el lugar es de absoluta pulcritud y extrema sobriedad no existiendo ni siquiera cuadros en las paredes

 

 

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