Juan Manuel Gómez, presidente de la Cofradía del Orujo y Vino de Liébana, y Alfonso Fraile, de la de los Cocidos de de Cantabria, se intercambiaron una reproducción de una alquitara y una olla de barro.
En el acto, que se desarrolló en el Centro de Estudios Lebaniegos, estuvo presente el alcalde de Potes, Javier Gómez, quien resalto la calidad de los productos lebaniegos y su importancia para la comarca. Hubo representaciones de varias cofradías gastronómicas como la de Los Limones de Novales, la de la Anchoa de Cantabria y del Consejo Europeo de Cofradías Enogastronómicas.
Alfonseo Fraile, pudo de relieve que la labor de la Cofradía de los Cocidos de Cantabria tiene entre sus objetivos “el investigar, defender, promulgar y promocionar una veintena de cocidos que se elaboran en las diversas regiones de la Cantabria Infinita”, mientras quiso dejar claro que “es un patrimonio cutlurral que tenemos que defender, no solo sus vinos y el orujo, que el segundo fin de semana de noviembre culminará con el Capítulo de la Cofradía del Oreujo”.
Agradeció la invitación a “caminar juntos” y por ello, dijo, “para nosotros es un orgullo el que nos hayan entregado el título de hermanamiento”.
Miembros de las cofradías hermanadas, dirigidos por el chef Luis Cordero, elaboraron un exquisito cocido lebaniego del que se repartieron 300 raciones, ene la carpa instalada en la plaza de La Serna y que, más tarde acogió el pisado la uva por parte del periodista Jesús Álvarez, en un acto que fue presentado por el periodista Juan Antonio Prieto. Álvez se mostró un enamorado de la comarca de Liébana, tierra a la que acudía desde niño y resaltó la calidad del orujo de la zona.
En la Fiesta de la Vendimia, que ya alcanzó su séptima edición, no faltaron las degustaciones de vino y orujos de la tierra en los stands de Picos de Cabariezo, Bodegas Cayo, Orulisa, Sierra del Oso, Viña Carmina, Bodegas Liaño-Sánchez, y Pago de Tolina.