Quiero

Quiero

Quiero conocer un Dios

que detenga las lágrimas de los arrabales del mundo,

ya no está mi madre, en qué pecho, esconder mi rostro

a quién gritar auxilio,

mi madre me dejó un mundo,

sin decirme quién lo habitaba,

está lleno de niños que mueren acariciados por el hambre,

la palabra refugiado yace en el burdel de palacio,

ya no tiene sentido,

la grita el mundo y el eco muere tras la luna y el sol,

muere, las palomas guardan silencio.

Dónde un Dios que me quite la vida,

para saber si existe otra,

y ahí plantar mujeres y hombres.

Quiero que me den un viento salvaje para borrar las fronteras,

una semilla que destruya las balas

y haga crecer los dientes de las mazorcas.

Quiero un Dios, un poeta, un pintor,

quiero amar unas manos que detengan las olas,

que sepulten las banderas.

No hay dinosaurios y las cavernas oscuras,

están oscureciendo el cielo, oscurecen todo,

ante el tiempo hipócrita que no avanza,

el mundo no gira, no podemos ver,

todos tenemos el mismo paisaje,

la inmensidad del infinito y el eco de los lamentos.

El invierno trae lodo,

llanto de las alturas y cuerpos que duermen,

en todas las estaciones.

Estamos abandonados, solos.

¿Ha muerto Dios?

¿Siguen fusilando poetas?

¿Cuántos trozos componen un pan?

¡Qué amarga es la fruta ante los niños de ojos blancos!

Quiero un Dios para el planeta Sodoma,

que los motores se detengan y los niños crezcan

ante un árbol azucarado.

Quiero un poeta que escriba versos en las conciencias

de los hombres y mujeres sin mundo,

que escuchen hablar a la luna, al sol, al amor.

Quiero un pintor que pinte la piel del mundo de color negro,

blanco, amarillo, marrón,

un planeta de un solo color,

para que los perros no tengan razón de ladrar.

¿Qué haremos si los tiburones no quieren carne negra?

Quiero un Dios que no entienda de pecados,

que no culpe a los nacidos ayer del delito que él inventó

que encienda las nieves para resucitar

los cuerpos de los privados de amor, en un Edén que nunca nació.

Quiero un poeta que escriba versos sin llantos,

sin hambre, con palomas lejos de las escopetas entre los árboles.

Quiero un pintor que llene el cielo de arco iris,

para pintar la piel de los sin amor.

¿Quedan violines?

¿Quedan guitarras?

¿Quedan labios para besar?

¿Pechos que acariciar?

Quiero hombres del color del viento,

que alejen apara siempre el olor de la pólvora.

Quiero hombres que puedan mirar la leche

al bajar por la garganta de los niños

aspirar el perfume del pan desde el horno,

llenarnos de polen en cualquier estación.

Quiero muchas cosas entre las lágrimas que siguen naciendo,

no me importa ser uno más

de los que ensucian la tierra,

si tengo ante mis ojos al Dios,

al poeta y al pintor

que busco desesperadament

e.