La escultora tiene también prevista otra próxima exposición en los Alcázares de Sevilla, Córdoba y Huelva, mostró sus piezas en primicia a un grupo de invitados a su casa-museo de la colonia del Manzanares. Entre los asistentes, el catedrático de Bellas Artes Francisco López-Soldado, antiguo profesor de Patricia, y su esposa Carmen Fernández, la artista visual Linda de Sousa, la cónsul de Ecuador, Paula Novoa y su esposo Eduardo Sánchez.
A todos ellos mostró una hermosa instalación de vidrio en su taller/estudio, donde llamaron la atención los antiguos dibujos de desnudos de la autora, que recientemente ha manipulado y enmarcado de manera singular y llamativa.
Antonio de la Cuerda y Fernández Solís, esposo de Patricia, actuó para el encuentro de generoso “chef de cocina”: hummus de garbanzos y tabla de quesos para el aperitivo, sopa de melón, empanada de atún y medallones de carne en salsa, acompañado de ensaladas de calabacín y arroz con pasas de Corinto y pipas de girasol. De postre, helado de caramelo y otros sabores.
Patricia Larrea es una investigadora nata de los materiales para llevar a su obra, principalmente a la escultura. Después de su larga etapa en cerámica, la autora está trabajando con el vidrio, que incorpora con su particular lenguaje tanto a la escultura como a la pintura.
La grafía singular de Patricia Larrea se refleja tanto en la escultura como en la pintura y el collage, de modo que su obra se hace particularmente identificable. Sus últimos tondos o mandalas acogen esas grafías dentro de pequeños rectángulos que ocupan de modo ordenado el espacio del soporte, y lo ha titulado “Homenaje a mi madre”, que falleció hace dos años.
“Me gusta especialmente la espiral y a ella me convoco a partir del triángulo, cuadrado o círculo. La espiral me parece un símbolo universal y alusivo a la continua marcha y actividad del hombre y la mujer. Nos vamos encontrando todos en distintos puntos de la espiral en marcha como desarrollo de la vida”, explica Patricia.
Maderas de pino, olmo y ciprés seleccionadas por la autora ecuatoriana están en proceso de secado, para esculturas futuras, muchas de ellas auténtica “columnas” ornadas de pintura y vidrio.
Cuando los invitados elogian la casa-museo de Patricia Larra, ella se apresura a decir que es de obras propias y ajenas, pues el salón de entrada expone obras de Oswaldo Guayasamín, Viteri, Miró en blanco y negro, Eduardo Chillida, Hipólito Hidalgo de Caviedes, Pedro Prieto…