En este sentido, todos los estudios al respecto coinciden en que una de las claves de quienes dicen haber mejorado su vida sexual durante la pandemia pasa por la incorporación de nuevos elementos. Es decir, aquellos en los que no se habían fijado hasta ahora, pero que las horas libres en casa acabaron por poner frente a ellos con su potencial, por caso las webcams porno amateur.
En meses en los que el estrés y la ansiedad han estado a la orden del día, y muchas de las opciones de entretenimiento tradicionales estaban anuladas por las disposiciones de Sanidad, el sexo fue también una diversión, que nos obligó a descubrir por dónde iban esas fantasías propias.
Sin ir más lejos, un informe elaborado por el Kinsey Institute de la Universidad de Indiana, sostiene que durante la pandemia aparecieron nuevas oportunidades de acercamiento al sexo.
Eventualmente, muchos comentaron que al principio de la pandemia, con toda la incertidumbre, vieron cómo su vida sexual decaía un poco, pero el paso de las semanas les fue liberando, conociéndose más a ellos mismos, y dando espacio a las aventuras desenfrenadas.
Indudablemente, Internet ha tenido un impacto sustancial en este sentido, y es así como observamos nuevas tendencias, entre ellas las web cam de parejas, tanto de quienes deciden mostrarse a los demás, como de quienes prefieren ver esta clase de contenidos para estimularse.
Claro que existen algunos alicientes entre aquellos que están más dispuestos a experimentar cosas. Ser joven, vivir sólo y sentirse estresado son algunas de las bases sobre las cuales los seres humanos estamos más abiertos a probar nuevas soluciones sexuales, entre ellas el sexting.
Otras estadísticas muestran cómo, durante la primera ola, se dispararon fenómenos muy puntuales, como la venta de juguetes eróticos y el consumo de pornografía en línea, los cuales al cabo de los meses dieron lugar al surgimiento de otras modas, como el uso de las clásicas apps de citas.
Esta especie de “liberalización de las relaciones sexuales”, notable a partir de los impedimentos ya sabidos a la hora de intentar socializar con alguien antes de llegar a la cama, como así también ese redescubrimiento personal dadas los contenidos en Internet, son algunas de las señales más útiles que tenemos de la influencia de la pandemia en la sexualidad, al menos en lo que es occidente.
De cara al futuro, probablemente tengamos que permanecer atentos a cuáles son los nuevos modos de sexualidad que se van dando en la medida en que recuperemos nuestra vida normal, aquella que nunca será igual tras haber estado encerrados, dejándonos atrapar por deseos hasta ahora ocultos.
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