“Es el pueblo afgano el que debe decidir su futuro” – añadió el presidente americano, que no quiso dejar el marrón al siguiente presidente, y cortar así la hemorragia permanente de vidas humanas, de marines USA y de millones de dólares. Una guerra permanente librada durante 20 años, con la consiguiente paz por supuesto para el mundo entero.
América persiguió y ahorcó a Saddam Husein y acabó ejecutando a Osama bIn Laden.
Tengamos en cuenta que “al Qaeda” sigue estrechamente unida a los talibanes, siendo movimientos diferentes.
En el pacto y el acuerdo entre los líderes talibanes y el presidente Joe Biden figura que los primeros respetarán la inmunidad del aeropuerto de Kabul, hasta el día 31 de agosto. Si los talibanes interrumpieran la evacuación o atacaran a los marines de los Estados Unidos, éstos responderán rápido y con una fuerza inusitada.
Esto es América ataca sin piedad y de forma demoledora si son atacados, y los talibanes atacarán a su manera si los primeros evacuaran al ejército después del día 31 del presente mes.
La respuesta talibán sería comenzar los atentados con su personal infiltrado en el ejército afgano, o en otros países aliados de USA; así como comenzar a violar a las mujeres y niños, cortar las manos y las orejas de los hombres más jóvenes o ejecutarlos.
Así están las cosas. Afganistán convertido en una nación para entrenar y preparar a los terroristas infiltrados en el mundo entero y en especial en Francia, Inglaterra, Alemania o España. Utilizando para ello a Al Qaeda, su brazo armado más sofisticado y eficaz.
Los Estados Unidos ya no defienden a nadie, solamente defienden “si son atacados”, eso sí, con contundencia.
Por ello – a mi modo de ver – Europa debería prepararse intensa y rápidamente a defenderse, creando para ello un ejército propio, siguiendo por supuesto la idea del Alto Comisionado para Europa, Josep Borrell, hombre brillantísimo y afable al que tuve ocasión de conocer personalmente y tratar cuando trabajaba en el Gabinete del Ministro de Fomento en La Castellana, de Madrid, y frecuentaba, como asesor ejecutivo, entrevistas personales y casi secretas con todas esas personalidades.
Si (
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