La literatura está llena de citas que resaltan que lo importante es el viaje y no el destino, desde el lejano Lao Tzu , pasando por el “astuto Ulises” que tardó diez años en un viaje que debía durar una semana , hasta la más adecuada a esta nueva situación, la de Henry Miller : “ nuestro destino nunca es un lugar sino una nueva forma de ver la vida”.
Así es. Los que han sobrevolado lugares míticos a veces estaban dormidos y otras desinteresados. Ahora algunas compañías aéreas como Quantas y South African han tenido la brillante idea de poner en marcha los motores parados de sus aviones ofreciendo viajes a La Antártida, ida y vuelta, con paseo por el aire incluido ,para observar esa maravilla. El viaje se ameniza con menús especiales y recuerdos de la ocasión. Singapore Airlines inició viajes a ninguna parte pero tuvo que cancelarlos antes las protestas por contaminación.
Las ventajas son indudables. Se cumple la máxima “si deseas viajar rápido y lejos, viaja ligero”. En realidad ni siquiera hace falta equipaje de mano, basta con la cámara del teléfono. No es necesario conocer el idioma local y es mucho más fácil hacer amigos por la proximidad.
La operación comercial les ha salido tan bien a los innovadores que ya tienen imitadores en otros campos. Royal Caribbean Internacional iniciará en noviembre cruceros a ninguna parte desde Singapur, con aforo reducido, limitado a singapurenses con pruebas negativas de covid.
Tambien en Singapur la compañía aérea local ha utilizado un Airbus A 380 varado en el aeropuerto de Changi como restaurante con los menús y platos que ofrecen en sus viajes intercontinentales.
Seguro que muchos mallorquines, barceloneses y venecianos estarían encantados si los días de saturación algunos barcos optaran por el paseo en el mar en vez de por el centro de la ciudad.