¿Independencia?

Eran libres. Pero un día llegaron unos hombres que se llamaban a si mismos conquistadores, y en este punto, quiero decir que cuando escribo, los comparo con los soldados azules de las naciones unidas, que invaden países en son de Paz, es decir llevan pistolas, revólveres, ametralladoras, granadas, bazookas, lanzallamas, gases venenosos, dinamita y cuchillos, estos conquistadores, también venían en son de Paz, traían una cruz con un hombre colgado, lleno de manchas de sangre, con espinas en la cabeza, pálido y demacrado pero, por si esta horrible imagen no los “pacificaba”, traían espadas, cuchillos, mosquetes, cadenas, látigos y armaduras.

Fue el fin de la libertad. Les prohibieron hablar en su lengua y a quien no obedeció, la lengua le fue cortada con un cuchillo y miles de hombres, mujeres y niños se ahogaron en su propia sangre. Nos dejaron un legado, eso no se puede olvidar y menos ignorar, nos dejaron la palabra patrón, nos dejaron enfermedades venéreas, nos dejaron bancos, políticos, prostitución, incultura, miedo, y religiones.

Pasados los años, a raíz de las violaciones de las mujeres, nacieron niños mulatos o hijos de parejas diferentes en cuanto a cultura y dignidad se refiere. Estos nuevos ciudadanos escucharon hablar de países que no dependían de las autoridades, de los conquistadores e iniciaron una guerra contra estos buscadores de despensas ajenas.

Ganaron los casi auténticos hijos de esa tierra, y era lógico, porque los conquistadores eran ex presidiarios, violadores, asesinos, descerebrados, mal tratadores y ladrones, que componían las tropas de los invasores y solo les interesaba encontrar oro, nada más. Al terminar la guerra para ser independientes, aparecieron muchos héroes, libertadores, valientes, caudillos, y padres de la patria, a los cuales interesó muy poco la cuestión de la independencia, es más la mayoría no sabía el significado de esa palabra. Y estos valientes terminaron dueños de enormes extensiones de tierra, esos se llamaron a si mismo terratenientes, hacendados, otros se apoderaron de los recursos naturales, esos fueron empresarios, otros se aprovecharon de la miseria del pueblo y se dedicaron a la usura, algunos dicen bancos y todos juntos dieron poder total a una tropa de hombres que no tenían ninguna profesión y les llamaron fuerzas armadas, podían asesinar, torturar, robar, violar y humillar libremente.

El país entero creció. Creció el poder económico de la clase explotadora, crecieron los salarios de las fuerzas armadas, de los políticos y de los representantes judiciales, las ganancias de los bancos, creció la privatización de la sanidad, la educación, los recursos naturales, el gas, la electricidad, el agua y el transporte público, no quiero olvidarme, también creció la miseria, los hombres sin trabajo, el mal trato con las mujeres, los niños fallecidos antes de cumplir dos años, las zonas obreras donde no hay alcantarillado, ni agua potable, ni calles pavimentadas, creció la violencia policial, los desaparecidos, los torturados, el exilio, los encarcelados y también creció la traición. Hace algunos años, el pueblo eligió a un presidente que dijo: ¿cómo es posible que se lleven nuestro cobre y nosotros tengamos que comprarles el alambre de cobre?... Ese presidente fue asesinado.

Llegamos al siglo 21 y hoy algunos ciudadanos, que respeto profundamente, me han llamado para “celebrar” la independencia. He guardado silencio. Pero también he pensado, que si recibiera un documento de invitación, una carta, una tarjeta o algo parecido, seguramente lo usaría como papel higiénico. Tal vez cambie de opinión cuando la tierra donde nací y toda la tierra del planeta sea libre y puedan celebrar una verdadera independencia.