24AGO19.- Muchas veces he hecho alusión a la despreocupación de algunos padres en la crianza de sus hijos.
Pero hoy felicité de todo corazón a una joven pareja. No les conocía. Primerizos, me traían por vez primera su hijito de 3 años 2 meses.
Fue una verdadera puesta en escena de cómo hay que enseñar a los niños. Un pequeño, muy comunicativo, simpático, colaborador, de risa fácil ante las bromas que yo le decía. Se dejó examinar tranquilamente (aunque como casi todos, maldijo el bajalenguas).
Me contó de su Jardín Infantil, de su mascota y de su afición por los caramelos.
Fue una linda manera de cerrar la jornada.