Las reglas de Twitter no dan lugar a confusiones: no se puede usar la plataforma para amenazar o promover la violencia. Está estipulado. Pero si usted es el presidente de Estados Unidos, o mejor, si usted es Donald Trump, tiene permiso de hacerlo.
Así quedó demostrado con la publicación de un video en la cuenta oficial del presidente, que utiliza un clip de un momento épico en su carrera de empresario y lo edita para mandarle un mensaje a CNN, cadena de noticias que ha sido crítica con su gobierno.
Se nota que el equipo de comunicaciones de la Casa Blanca sabe qué les gusta a los usuarios de las redes sociales. En 2007, Trump asistió a un duelo de la WWE, liga de lucha libre, con la que ha mantenido una relación cercana desde hace años. Se rumoró que el magnate iba a adquirir la compañía e incluso le hicieron una estatua en su salón de la fama en 2013. Durante el duelo, en un estilo de broma muy típica de la industria del entretenimiento de su país, Trump se lanza encima de Vince McMahon, presidente de la WWE. Lo golpea a puño limpio en el suelo y lo vence. Después, Trump se sienta en el ring y le afeita la cabeza. Era un chiste y, en su momento, Estados Unidos se carcajeó al unísono.
Ya no genera tanta risa en varios sectores políticos y, especialmente, en la prensa. El video fue retomado. Pero en lugar de la cara de McMahon, aparece el logo de CNN. El presidente tiene 33 millones de seguidores. La publicación se hizo viral en minutos y ya tiene más de 300 mil retuits. El equipo de comunicaciones de CNN respondió también por Twitter, inicialmente. Se limitaron a citar una frase de Sarah Huckabee Sanders, subsecretaria de prensa de la Casa Blanca. Fue un comentario de la semana pasada, que ahora dice mucho: “El presidente de ninguna manera ha alentado o promovido la violencia, sino todo lo contrario”.
Más tarde, el canal publicó un comunicado: “Es un día triste cuando el presidente de Estados Unidos alienta la violencia contra periodistas. Claramente, Sarah Huckabee Sanders mintió cuando dijo que el presidente nunca lo había hecho, (…) En lugar de preparar su viaje al extranjero, su primer encuentro con Vladimir Putin, las relaciones con Corea del Norte y trabajar en su proyecto de ley de sanidad pública, se involucra en comportamientos infantiles muy por debajo de la dignidad de su cargo. Seguiremos haciendo nuestro trabajo. Él debería empezar a hacer el suyo”.
La violencia en el discurso del presidente contra la prensa ha venido escalando. Desde que se sentó en la silla presidencial, los ataques y contraataques entre Trump y los medios son su carta recurrente a la hora de gobernar. Es predecible. En medio cada una de sus crisis políticas, en especial la relacionada con la influencia rusa en las últimas elecciones, el presidente arremete contra los periodistas.
Empezó posteando, por supuesto en Twitter, su red social favorita, un comentario en el que aseguraba: “Los falsos medios (los fallidos The New York Times, NBC, ABC, CBS, CNN)” no eran su enemigo, “sino el enemigo del pueblo estadunidense”.
Después de tal manifestación, el senador republicano Jon McCain aseguró: “Si quieres preservar la democracia como la conocemos, debes tener una prensa libre y, muchas veces, adversaria. Sin ella, me temo que perderíamos muchas de las libertades individuales con el tiempo. Así es como empiezan los dictadores”. “Yo no estoy diciendo que el presidente Trump está intentando ser un dictador, solo digo que necesitamos aprender las lecciones de la historia”, agregó.
La guerra de insultos no ha parado. La semana pasada el turno fue para los presentadores Joe Scarborough y Mika Brzezinski de MSNBC. A ella le dijo loca y de bajo coeficiente intelectual. A él lo llamó psicópata. Los presentadores suelen ser críticos del presidente en su programa Morning Joe y, recientemente, habían comentado allí el escándalo de las portadas falsas de Trump en la revista Time, que, según el diario Washington Post, están enmarcadas y colgadas en las paredes de varios clubes que son propiedad del presidente.
Ahora, aparece este video que le generó cientos de críticas, pero el presidente la tiene clara: “El uso que hago de las redes sociales no es presidencial”, dijo. Si siguiera las reglas de Twitter, que se aplican para el resto de los usuarios, no sería ni presidencial ni personal.
Ahora bien, Trump no es el único en la derecha estadounidense que ha entendido cómo bombardear Twitter y crear mensajes efectivos para su audiencia. La Asociación Nacional del Rifle, que se encarga de defender el uso de armas tanto para defensa personal como para uso recreativo, hizo su propio video, con su propia presentadora. Se trata de Dana Loesch, portavoz de la organización y quien posa en la portada de la revista 573 con un vestido negro y pegado y un arma entre las manos a la que le sale fuego. Dice el diario El País de España, que ella es famosa por sus apariciones en el congreso con trajes de cuerina ceñidos al cuerpo. Nikita se queda en pañales. Pues bien, Loesch, que ha sido presentadora de radio, de televisión y de paso ha escrito libros, confirmó aquí su talento para ser aguda y contundente.
En solo un minuto, explica la visión del mundo de su organización, del presidente Trump y de todos quienes están en ese espectro del panorama político:
“Usan sus medios para asesinar las noticias reales. Usan sus escuelas para enseñar a los niños que su presidente es otro Hitler. Usan sus estrellas de cine y cantantes y programas de comedia y sus premiaciones para repetir su narrativa una y otra vez. Y luego usan a su expresidente para promover la resistencia. Todo para hacerlos marchar, protestar, gritar palabras como sexismo y racismo y xenofobia. ”, dice el Loesch en su video, que se lanzó en medio de una campaña para defender “la libertad” del país. La idea detrás del guion es que, quienes describen, son los enemigos de América y sus ciudadanos. Son los que “rompen ventanas, queman coches, cortan carreteras y aeropuertos, acosan y aterrorizan a los cumplidores de la ley hasta que la única opción que dejan a la policía es hacer su trabajo y poner freno a la locura”.
Al final, Loesch afirma que la única manera de ganarles es con el “puño cerrado de la verdad”. El mismo puño con el que Donald Trump agarró a golpes un logo de CNN y alardeó al respecto.