Dora Gutiérrez Rivas: Una emprendedora de éxito

Dora Gutiérrez –que lleva  más de 15 años residiendo en España-, no ha sido desde siempre una empresaria del sector hostelero. Como casi todos los inmigrantes provenientes de Sudamérica, en un principio vino con la idea de probar suerte dejando en su Bolivia natal, un relativamente cómodo puesto de trabajo que cambió por la incertidumbre de un destino desconocido en España. Su llegada coincidió –por llamarlo de alguna manera-, con el “boom” de la afluencia masiva de latinoamericanos que a mediados de los años 90, venían en gran número a España atraídos por la gran oferta de trabajo que por aquellos años, presentaba la economía española.

Los comienzos en España y como suele ocurrirle a la inmensa mayoría de los inmigrantes, no fueron fáciles pero Dora Gutiérrez estaba decidida a continuar adelante  con su propósito de obtener mejores posibilidades y después de realizar varios trabajos y casi por casualidad, llegó al convencimiento que montar un restaurante boliviano podría ser una buena salida laboral y en la cual podría involucrar además, a su grupo familiar ya que aún cuando ella llegó sola a España en un principio, muy pronto se  le unieron su marido e hijos llegando con el tiempo, a constituir una gran familia puesto que también sus hermanos decidieron emigrar desde Bolivia a España.

Según nos cuenta Dora, ella no tenía experiencia previa como cocinera o como responsable de un negocio de este tipo, excepto lo que pudo aprender de la cocina boliviana de su madre quien era, -según dice-, una excelente cocinera. Aparte de esto, poco más sabía de fogones, ollas y guisos. Sin embargo, y como una manera de probar, Dora comenzó a preparar comidas en su casa y por encargo principalmente en los fines de semana, para sus paisanos bolivianos. El éxito inmediato de sus comidas preparadas, le convenció de la posibilidad de abrir un restaurante  ya que el número de bolivianos que llegaba a Madrid crecía de manera constante.

Al poco tiempo, Dora y su familia, habían conseguido montar su primer local, ubicado en la calle Julio Merino del barrio de Usera el cual muy pronto, “se quedo pequeño” y surgió la posibilidad de abrir un segundo local en el mismo barrio y fue así como “La Perla Boliviana II”, vio la luz al poco tiempo en la calle Monederos aumentando así, de manera casi inmediata, el número de sus clientes.

Hoy en día, y algunos años después, Dora Gutiérrez Rivas, es la cabeza visible y la máxima representante de estos restaurantes que son mucho más –y como ella misma lo explica-, que un simple negocio o una de tantas manera de ganarse la vida. “Nuestro restaurante –nos dice Dora-, es el resultado de un trabajo conjunto donde intervienen muchas personas y es un proyecto que desde sus inicios, ha contado con la firme colaboración de toda nuestra familia porque, “La Perla”, -continúa Dora- nació como una idea de trabajo para toda una familia”.

Sin lugar a dudas, la afirmación de Dora Gutiérrez es toda una declaración de principios  y es la base del indiscutido éxito comercial de los restaurantes “La Perla Boliviana” y se explica según señala Dora, porque “el nuestro, es un negocio netamente familiar ya que en el, trabajan mi esposo, mis hermanos, hijos y nueras con un propósito común: hacer el trabajo lo mejor posible para conseguir que el público continúe viniendo, aún con la fuerte competencia existente y aunque el mercado potencial es muy grande, lo cierto es que quienes trabajamos en este sector debemos esforzarnos para que nuestros clientes continúen aumentando. Por otro lado –continúa Dora-, en ésta época de crisis hay que esforzarse el doble y agudizar el ingenio para  intentar minimizar los costos de funcionamiento manteniendo inalterable la calidad de nuestro servicio y en este aspecto, también contribuye de manera fundamental, el hecho que seamos una empresa familiar donde todos, tenemos que aportar de igual manera nuestro trabajo para cuidar y mantener lo que es en definitiva, nuestro medio de vida”.

Por otra parte, agrega Dora-, “nuestro restaurante ofrece un abanico muy amplio de todas las especialidades gastronómicas de Bolivia y también nos hemos acercado al cliente español que por razones obvias, constituye para nosotros, un mercado prácticamente inagotable y el cual está todavía  por alcanzar de manera plena. Por suerte para nosotros, el interés del público español por conocer la excelencias de la gastronomía latinoamericana va en aumento y se muestra entusiasmado por nuestra cocina y platos que, en ocasiones, no les resultan del todo ajenos o extraños”.

Aun con todo el trabajo  que significa la dirección y el control de los dos restaurantes, Dora Gutiérrez ha encontrado el tiempo suficiente para, en compañía de su hijo Lan Bolaños, conseguir la puesta en marcha desde hace siete años, de la celebración cada 15AGO de la fiesta folklórico-religiosa de la “Virgen de Urkupiña” la cual reúne cada año, a varios miles de residentes bolivianos en la celebración de esta fiesta en honor de esta Virgen considerada como la “patrona de la integración”.

La intensa actividad desplegada por Dora Gutiérrez en todos estos años en los ámbitos de la gastronomía latinoamericana y las actividades en pro de la difusión de la cultura boliviana, no han pasado desapercibidos para muchas personas que se mueven en torno a las iniciativas que de un modo u otro, favorecen la integración a través del conocimiento, el deporte y las actividades lúdico-folklóricas y fue así como, una organización de apoyo a actividades de esta naturaleza y que anualmente premia en Madrid a 100 latinoamericanos destacados, incluyó en el período 2009-2010, a Dora Gutiérrez como uno de los “Cien Nuevos Ejemplos de Superación” y que el pasado día 10NOV en la sala Gabriela Mistral de la “Casa de América” de Madrid, recibieron un galardón de reconocimiento a su trayectoria de esfuerzo y superación personal.

No cabe duda alguna, que cada uno de los cien designados por la organización que otorga anualmente estos galardones en Madrid, tenía méritos más que suficientes para constituir un ejemplo digno de ser premiado y reconocido entre sus pares. En el caso de Dora Gutiérrez  Rivas, -y quien escribe este artículo lo reafirma plenamente-, este premio y reconocimiento está más que plenamente justificado: Dora Gutiérrez  Rivas constituye per se, el ejemplo más representativo de lo que una mujer, latinoamericana, inmigrante y dueña de un tesón y perseverancia inalterables, puede conseguir a fuerza de empeño y trabajo responsable.