Difícilmente se puede manifestar mejor la alta jerarquía de un poema, pues la prosa, la narrativa obedecen a otras precisiones, a otros estados menos alterados de la literatura, y es por los espacios de la poesía donde hallamos la expresión lírica más esencial de Natividad Cepeda, una autora nacida en un pueblo de La Mancha, Tomelloso, donde la vida y el paisaje alumbran la hondura y la belleza de los varios libros que ya tiene publicados. De este que ahora comento, El rumor del otoño, tomo estos alejandrinos especialmente significativos: "Todos nosotros somos cepas agrestes, lindes/ de soledad y sarmientos desnudos por noviembre".
Cumple decir, además, que Natividad Cepeda es autora con una larga experiencia literaria y periodística. A ella no le afecta aquello de que el periodismo puede perjudicar a los buenos poetas. No pocos ejemplos caben en este comentario. Gustavo Adolfo Bécquer, por ejemplo. Sus leyendas, sus cartas desde el monasterio de Veruela, su intensa labor en la prensa del sigo XIX. Leyendas admirables, cartas llenas de magisterio lírico, artículos que nos hablan de la realidad de una España que había perdido el rumbo de su historia. Por su parte, Natividad Cepeda esta dejando en los diarios y revistas de Castilla-La Mancha, principalmente, el sello de su admirable manera de entender el periodismo y el compromiso humano.
Pero dediquemos nuestra atención a su poesía, sobre todo a este libro que acaba de publicar. Sabe esta mujer delicada, esta mujer culta, que el poeta tiene que recordar, tiene que devolvernos en sus poemas, en sus libros, no sólo su fortaleza espiritual, sino, también, el amargo sabor que da la vida y que de cualquier manera a todos nos alcanza. Todo fundido en el dolor, en la pasión lírica. Así lo confirma en uno de sus más rotundos poemas: "Si los sueños no existen... si los ojos no lloran...Si/ olvidamos y callamos el dolor de la separación... ¿quien/ soñará? ¿Quién tejerá deseos? ¿Quién contendrá la mar/ entre sus dedos y al viento en sus pupilas si muere la/ metáfora o la vendemos por oscuras monedas y nos/ quedamos sin el árbol de la pasión y del amor"...?
El rumor del otoño es un título que nos lleva de manera apasionante al fondo de la poética de Natividad Cepeda, a la esencia de su canon particular. Ya en un proemio preciso y orientador, la autora nos sumerge en los espacios más intensos de su sensibilidad, de su dominio de las emociones: "En las arcadas del otoño la nostalgia es hermana del crepúsculo dejando en el suntuoso muro de los días los estambres desmayados de las flores". Y esta otra metáfora de no menor tensión poética: "Su rumor", el rumor del otoño, "es el reducto por donde regresan vivencias de amor", pues "Sin las brasas del amor la vida carecería de hogueras". Aunque la continua presencia del otoño también nos trae a la memoria "los ríos que van a dar a la mar, que es el morir", del siempre inolvidable Jorge Manrique.
Cierto que en los poetas lo de menos es su biografía; sin embargo, conocerla, ya sea de manera breve ayuda a la compresión de su personalidad e incluso a la clarificación de algunos aspectos de su obra. Por tanto cierro este apunte sobre su libro informando que Natividad Cepeda, además, es autora de varios libros de éxito y coautora de volúmenes especialmente interesantes sobre Castilla-La Mancha y el Quijote. También cabe señalar sus premios conseguidos y su participación en numerosas actividades culturales, tanto en Castilla-La Mancha como en Madrid y en otras ciudades españolas, especialmente en Madrid y en Andalucía., del mismo modo que pertenece a varias instituciones culturales de ámbito nacional y regional, como la Academia de la Hispanidad y otras.