Las vacaciones anuales solían pasarse en la misma localidad, acudiendo a piscina municipal, o playa si tenían la suerte de vivir en zona costera. Aquellos que tenían familiares y las relaciones eran buenas se permitían una especia de permuta estival de pasamos dos semanas aquí y vosotros otras dos con nosotros, y así transcurría el mes de vacaciones de aquellos que no tenían una posición desahogada. El coste del viaje, sobre todo para familias compuesta por varios miembros era muy elevado y el automóvil seguía siendo el medio de transporte más económico aunque incómodo y en algunos casos obligaban a viajes de larga duración hasta llegar al destino. La prueba de que fueron otros tiempos (¿mejores?) la otorga el testimonio no exento de nostalgia de algunos blogs.
Los viajes de fin de estudios eran otra de las ocasiones de viajar y además entre compañeros, pero les obligaba a realizar trabajos de diversa índole durante el curso para poder sufragar el gasto.
Viajar en avión parecía una experiencia inalcanzable y tan improbable como viajar a la Luna.
Hoy en día el viaje es casi lo más barato de las vacaciones. El transporte en cualquier medio y a casi cualquier destino, se ha abaratado tanto que cualquiera puede hacer uso de él. Los viajes ya son baratos, económicos dependiente del destino y del número de personas. Ir de vacaciones ya no es un lujo, sino una rutina anual como otra cualquiera. Basta con entrar en Expedia y elegir el que mejor se adapte a su presupuesto y preferencias. Confíen en los profesionales. Dejen que los especialistas en viajes de todo tipo, y en viajes y vacaciones baratas, les asesoren y ayuden a que pueda disfrutar de las suyas. Descubrirá que lo caro, es quedarse.