"Las familias (de las víctimas) necesitan conocer la verdad y las circunstancias de las muertes de sus seres queridos. Se necesita saber, hay alguna información, pero hay muchos datos que se desconocen", precisó Bachelet en una entrevista con radio Sonar FM, citó Efe.
La semana pasada, diez represores encarcelados por crímenes de lesa humanidad pidieron perdón por el dolor que pudieron haber causado en el cumplimiento de sus labores al servicio de la dictadura, lo que fue rechazado por las familias de las víctimas, que vieron el gesto como una maniobra para obtener beneficios.
Los condenados "están en su legítimo derecho de arrepentirse, pero el arrepentimiento no basta porque las familias necesitan verdad. Hay que dar información sobre los desaparecidos. Las familias aún no pueden cerrar su duelo. Necesitan saber qué pasó", dijo Bachelet en la entrevista.
En cuanto al otorgamiento de beneficios carcelarios a los presos con enfermedades terminales, la mandataria señaló que aún no tiene una opinión formada, pero se mostró abierta a la medida, "siempre y cuando los antecedentes entreguen cierto grado de respaldo".
Sobre un eventual cierre de la cárcel de Punta Peuco, donde los represores cumplen sus condenas con relativa comodidad, Bachelet se mostró partidaria de "generar condiciones similares para todos".
También la presidenta chilena se refirió al caso Caval, que involucra en supuestos actos de corrupción a su nuera, Natalia Compagnon y a su hijo, Sebastián Dávalos, señalando que el mismo "demuestra que la Justicia funciona para todos".
"Están en su legítimo derecho de arrepentirse, pero el arrepentimiento no basta"
Según los analistas y las encuestas, la popularidad de Bachelet se desplomó cuando el caso Caval salió a la luz, a comienzos de 2015. La mandataria declinó señalar si el asunto ha dañado o no a su Gobierno, pero admitió que "evidentemente no ha sido neutral del lado emocional".
Bachelet dijo que fue mal asesorada al enterarse del caso por la prensa, cuando estaba de vacaciones, y dijo que quienes le informaron, "lo hicieron mal. Si hubiera sabido la real dimensión del mismo, me habría vuelto de inmediato".
"Prefiero no hablar más del caso, puesto que se está investigando y mis declaraciones pueden ser tomadas como que me estoy involucrando en el mismo. Cuando ya no sea presidenta lo haré con mayor libertad", remarcó.
Bachelet descartó además alguna irregularidad en la financiación de su campaña en la pasada elección presidencial, cuyo costo solventó, dijo, con un préstamo que solicitó "como cualquier ciudadana" al Banco del Estado y que ya está pagado.
Respecto de la elección presidencial de noviembre de 2017, Bachelet subrayó que el Gobierno "no tiene candidato", pero indicó que el panorama "está abierto", considerando que en las encuestas el candidato que lidera las preferencias no llega al 30 %.
Evitó la mandataria comparar la irrupción como candidato del senador independiente Alejandro Guillier, cuya popularidad aumenta en cada encuesta, con su propia aparición en 2005, pero afirmó que el parlamentario "tiene una característica que es conocida desde el ámbito ciudadano como rostro, como periodista, tiene un camino distinto. Se relaciona bien con la gente, tiene bastante empatía".
Preguntada por las eventuales candidaturas de los expresidentes Ricardo Lagos (2000-2006) y Sebastián Piñera (2010-2014), Bachelet opinó que "el que quiera ser presidente que conozca bien lo que está pasando".
"Aquí hay un Chile menos tolerante, más exigente y demandante, con menos paciencia y eso significa que los que crean que puedan hacerlo como antes, sepan que hoy es mucho más horizontal, hay mucha más información (...). Prepárense porque este Chilito no es el mismo de años atrás", cerró.