La Educación en España afronta un nuevo reto

Respecto al último informe PISA de 2015, en el que han intervenido 37.205 alumnos de 980 centros españoles,, si analizamos los datos en una escala cuya media es de 500 puntos, España suma 493 puntos en ciencias (desciende tres puntos), 486 en matemáticas (sube dos) y con 496 en lectura mejora ocho puntos con respecto a los datos del anterior informe.

A raíz de estos datos, son numerosos los análisis que han ido apareciendo en los medios de comunicación, de entre los que seleccionamos:

• La educación española se estanca en ciencias y matemáticas y mejora levemente en lectura

• España se sitúa pareja a la media de los países desarrollados

• Portugal partía de peor nota y ahora está mejor que España

• Es la calidad de la educación, no la cantidad, lo que cuenta para el progreso social.

• Si incluimos en el análisis como variable, el nivel socioeconómico de las familias, la escuela pública y privada, obtienen el mismo resultado

• Íñigo Méndez de Vigo, Ministro de Educación, considera el resultado del informe “muy satisfactorio”

Como los expertos subrayan que las mayores desigualdades no se dan entre países, sino entre regiones, el análisis de los datos se ha hecho extensivo también a los resultados obtenidos en las diferentes Comunidades Autónomas de nuestro país, donde se observan algunas diferencias significativas:

• En competencia de Ciencias, a la cabeza están Castilla y León, Madrid y Galicia. Por debajo Murcia, Andalucía y Canarias

• En competencia matemática a la cabeza se encuentran Navarra Castilla y León, La Rioja y Madrid. Por debajo Andalucía, Murcia y Canarias

• En comprensión lectora, a la cabeza están Castilla y León, Madrid y Navarra. Por debajo Canarias, Andalucía y Extremadura

• Finalmente analizados de manera global, la cabeza la ocupan: Castilla y León, Madrid y Navarra

Sería muy clarificador realizar un análisis comparativo más profundo de estos datos, pero no es el objetivo de nuestro artículo. Sin duda que los responsables del Ministerio y de las diferentes Consejerías de Educación estarán analizando los diferentes factores que han propiciado estos resultados, las causas de las diferencias entre Comunidades, para finalmente, establecer estrategias de mejora.

El otro gran tema de nuestro análisis es el pacto de Estado por la Educación. Es un clamor popular que España se juega mucho en estos momentos (se trata de la formación de nuestros jóvenes) y que dialogar, proponer, debatir, negociar, consensuar y pactar, deben estar presentes en la mesa que se ha constituido para este fin.

En el documento consensuado entre los representantes del PP, PSOE, Unidos Podemos (con algunas condiciones) y Ciudadanos, se dice textualmente que el Pacto de Estado “servirá de base para que el Gobierno elabore un proyecto de Ley Básica de Educación, que sustituya la legislación vigente”.

El texto señala que se creará una Subcomisión “que deberá realizar y presentar” un informe sobre el estado y la situación del sistema educativo español “en un plazo máximo de seis meses desde su constitución”.

Pero, por la importancia que tiene la Educación para el futuro de un país, es necesario debatir desde la sociedad, no sólo desde la política. Hay que dejarse de ideas partidistas y sectarias y escuchar a los agentes sociales cualificados en el tema (especialmente a los representantes de los padres, miembros de la comunidad educativa, expertos, organizaciones sociales, sindicatos, etc).

Como afirman Carolina y Eduard Punset, la educación pública (por ser la que asegura la cohesión social), debe garantizar una escuela de calidad, por tanto nuestro reto es conseguir una educación pública de calidad, gratuita y universal en sus etapas obligatorias.

Creemos que es necesario sentar las bases que hagan posible construir el edificio de la Educación, fijando el modelo de persona, ciudadano y profesional que se persigue alcanzar a través de la Educación. Para ello se hace necesario fijar los valores básicos que harán posible alcanzar dicho modelo. En mi opinión destacaría los siguientes:

• Libres, capaces de pensar por sí mismos sin adoctrinamientos y responsables de sus actos.

• Críticos en sus opiniones y ante situaciones de injusticia, dejando claro su opinión y su postura. No permaneciendo al margen de situaciones de cualquier tipo de acoso

• Solidarios, con los que necesitan ayuda, colaborando en la prevención y resolución de conflictos interpersonales, respetando las normas elementales de convivencia y desarrollando actitudes de compromiso y participación en programas solidarios.

• Con convicciones éticas y morales en el ámbito personal y social, conscientes de que los logros de objetivos exigen esfuerzos.

• Respetuosos con el medio ambiente, con la naturaleza y el desarrollo sostenible. Tomando conciencia del calentamiento global y del cambio climático y adquiriendo hábitos que hagan posible luchar contra ellos.

• Tolerantes, respetando a las personas con las que convivimos aunque puedan tener diferente raza, cultura, religión, lengua, capacidades, opiniones políticas y creencias. Todos ellos tienen dignidad y es en la diversidad donde se pone en práctica el respeto mutuo, la colaboración, el conocimiento y la aceptación del otro

• Sociables: capaces de trabajar en grupo, compartiendo tareas y cooperando con los demás, aportando opiniones e ideas y no restando. El deporte constituye una magnífica herramienta para educar en estos valores

• Capacidad para expresar sus pensamientos, ideas y propuestas ante los demás, así como debatirlas y contrastarla

• Favorecer y potenciar su creatividad, desarrollando su capacidad para innovar y para resolver problemas

Hasta aquí mi reflexión sobre cuáles podrían ser los principales aspectos a debatir y consensuar, que sirvan de punto de partida en el Pacto de Estado por la Educación. Tiempo habrá de volver a retomar el tema a medida que vayamos conociendo los principales temas de debate en el seno de la citada Subcomisión.

(*) Francisco Moreno Blanco – Doctor en Ciencias de la Educación, Escritor y Miembro de FEPET