CEPAL: PIB de Ecuador se estancará en 2009
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Según datos del organismo, Chile tampoco registrará este año un aumento en su Producto Interno Bruto. Los países más afectados en América Latina por la crisis mundial serán México, Brasil, Costa Rica y Paraguay.
La crisis económica hará que este año aumente la pobreza en América Latina y el Caribe y que la región decrezca un 0,3 por ciento, mientras el desempleo pasará del 7,5 al 9 por ciento, según un comunicado de la Cepal difundido en Santiago de Chile.
Tras seis años de crecimiento ininterrumpido, los efectos de la crisis internacional se dejarán sentir con fuerza este año en la región, señaló la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena,
Los países más afectados con el decrecimiento serán México (2,0%), Brasil (1,0%), Costa Rica (0,5%) y Paraguay (0,5%), en tanto que Panamá, Perú, Cuba y Bolivia mantendrán un crecimiento positivo igual o superior al 3,0 por ciento.
Por su parte, Chile y Ecuador registrarán este año un nulo aumento en su Producto Interno Bruto (PIB).
El impacto de la crisis se traducirá en una desaceleración del comercio internacional y en la caída de los precios de los bienes primarios, con lo que los términos de intercambio para la región en su conjunto disminuirán un 15 por ciento, señaló el organismo, dependiente de Naciones Unidas.
También habrá una fuerte disminución de las exportaciones, lo cual afectará principalmente a economías abiertas, como las de los países centroamericanos y México.
La Cepal prevé además una reducción de las remesas, menores ingresos por turismo -especialmente en el Caribe y Centroamérica-, y una disminución de los flujos de la inversión extranjera directa.
"Esto se da en un contexto de creciente incertidumbre a nivel regional y global que afecta las expectativas del sector privado, con consecuencias negativas sobre la inversión y el consumo", agregó.
La disminución de la disponibilidad de financiación internacional y el aumento de las primas de riesgo de la deuda soberana latinoamericana también impactarán a la región, advirtió Alicia Bárcena.
La secretaria ejecutiva de la Cepal señaló que, por el momento, las economías de la región han mostrado solidez para hacer frente a los impactos de la crisis financiera debido a que aprovecharon la bonanza de años anteriores para acumular reservas, disminuir su endeudamiento y renegociarlo en mejores condiciones.
"Pero si el escenario actual se prolonga o profundiza, lo que no puede descartarse, el año próximo algunos países tendrían dificultades", advirtió.
En la situación actual, la Cepal aconseja a los gobiernos que adopten políticas contracíclica, aunque admite que los gobiernos se ven presionados por la falta de espacio macroeconómico para implementar estas medidas.
"Se estima que la región tendrá déficit en sus cuentas públicas y en sus cuentas externas superiores a los dos puntos del PIB, aunque con una amplia variabilidad entre países".
Por ello la Cepal subraya la importancia de agilizar e incrementar las líneas de crédito por parte de los organismos financieros internacionales para contribuir a las medidas que aminoren los impactos de la crisis.
"Es necesario adoptar una perspectiva global de salida de la crisis que potencie lo que los países pueden hacer de manera aislada, pero esto requiere dotar a muchos de ellos de recursos financieros para afrontar los desafíos de la hora", declaró.
Bárcena enfatizó que la crisis puede convertirse en una oportunidad para redefinir los paradigmas del desarrollo económico dominantes, redefinir las atribuciones del Estado y diseñar una nueva arquitectura financiera internacional.
También defendió la aportación del sector público a la mejora de la capacidad profesional de los trabajadores y la regulación de la actividad económica, de manera que "la búsqueda de la rentabilidad privada no conspire contra el bienestar general".
Para aminorar el impacto de la crisis, Bárcena dijo que conviene tener en cuenta las lecciones aprendidas del pasado, como evitar el proteccionismo, mantener el gasto social y concentrar la inversión en infraestructura productiva y social.