Los obispos salvan al Rey de la quema pero el PSOE pierde un concejal

La Conferencia Episcopal quiso dejar claro este jueves que el Rey Dn. Juan Carlos podrá seguir comulgando a pesar de haber firmado la ley del aborto. En palabras de su secretario general, Juan Antonio Martínez Camino, la situación del monarca no es la misma que la de los parlamentarios católicos que votaron libremente la polémica ley de interrupción voluntaria del embarazo.

En cualquier caso, y respecto a sus pasadas declaraciones del mes de noviembre en las que afirmaba que los políticos que hubieran votado a favor no deberían comulgar, Martínez Camino quiso insistir en rueda de prensa en que "no se ha excomulgado a nadie".

El portavoz del obispo se negó a comparar la situación del Rey, que por mandato constitucional sanciona las leyes, con la de los parlamentarios, que por disciplina de voto o por su conciencia votan las normas. "La Conferencia Episcopal no va a hacer reacciones para el acto que haga Su Majestad el Rey, que es distinto de los parlamentarios que dan su sí o su no a una ley".

Hasta seis preguntas de este tipo (incluido si los sacerdotes deberían dar la comunión al reconocido socialista cristiano José Bono) tuvo que responder Martínez Camino antes de zanjar la cuestión.

El que lo tiene bastante claro es otro socialista cristiano. El concejal del PSOE y segundo teniente de alcalde de Paradas (Sevilla), Joaquín Manuel Montero, ha decidido cortar por lo sano y le ha enviado una carta al propio José Luis Rodríguez Zapatero y a la secretaria de Organización de su partido, Leire Pajín, en la que solicita su "baja como militante" desde el mismo día en el que se aprobó la nueva Ley del Aborto. A saber, este mismo miércoles.

No contento con eso, pone a disposición del partido los cargos electos que ocupa en el Ayuntamiento sevillano. En la citada carta, Montero alega que "jamás" permitirá que "su nombre aparezca junto al de una organización que legitima la muerte de inocentes mediante la aprobación de leyes injustas".

Voluntades compradas y división
El socialista va aún más lejos y acusa al Gobierno de sacar adelante la norma con "una ajustada mayoría de voluntades compradas a golpe de concesiones". A su juicio, el PSOE ha obviado el diálogo interno dentro del partido sobre un tema que "no sólo es contrario al humanismo universal, sino que además divide a la sociedad dramáticamente", lo que supondría "un hecho antidemocrático sumamente grave".

Montero destaca que "la falta de libertad dentro del partido es un signo característico e inconfundible para percibir hasta dónde se han traicionado los valores democráticos que siempre caracterizaron a la Izquierda"