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"En Chile es normal que los padrastros embaracen a las niñas y nadie haga nada" 

La presidenta del Colegio de Matronas chileno, denuncia el alto índice de incesto y que las menores afectadas no puedan abortar

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Anita Román afirma que Chile tiene una deuda con las niñas violadas (Rodrigo Miranda)
Anita Román afirma que Chile tiene una deuda con las niñas violadas (Rodrigo Miranda)

El debate del derecho al aborto sigue latente en América Latina. Esta vez el mundo gira su vista hacia Chile: Belén es una niña de 11 años que está embarazada tras sufrir violaciones sexuales desde hace tres años por parte de su padrastro. En este país, el aborto está penalizado, por lo que Belén  y su familia no cuentan con la opción de decidir si quieren o no interrumpir el embarazo.

Como Belén, en la actualidad hay otras 20 niñas que enfrentan esta realidad. Así lo denuncia Anita Román, presidenta del Colegio de Matronas de Chile, quien solicita junto a organizaciones de la sociedad civil que se abra el debate sobre el aborto terapéutico y, además, exige que “el Estado tome medidas inmediatas ante el nulo abordaje de la pedofilia desde el Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud”.

-¿Qué realidad ha destapado en Chile el caso de Belén?

-Esta niña tendrá que enfrentarse a una vida que no pidió. Chile tiene un gran problema ante la ausencia de una política de educación sexual y reproductiva para las niñas. Hay actualmente otros 20 casos en los que han sido embarazadas de su hermano, de su primo, de su tío, de su padrastro. Esto pasa cada día, en Chile ya es normal que los padrastros embaracen a las niñas ¿Y qué hacemos? Nada, todo un país con las manos cruzadas. El incesto es altísimo, es una de las primeras causas de embarazo adolescente, nadie es consciente de esta realidad. Chile tiene una gran deuda con los niños que son víctimas del incesto, y muy especialmente con aquellas niñas que salen embarazadas y no tienen derecho a decidir sobre su cuerpo.

-La niña y su familia han manifestado que quieren continuar con el embarazo. ¿Esto desde su experiencia de 30 año como matrona, qué refleja?

-Belén es un caso dramático, porque la familia asumió lo que están viviendo como una normalidad, una realidad que tienen que aceptar. Esta chica que tiene 11 años dice que va a tener a su hijo y que lo va a criar como una muñeca, pero ¿qué otra mirada puede tener con 11 años? El tema de Belén es un ejemplo mundial de lo carente que estamos frente a la protección de la vulnerabilidad sexual de los niños, pero también la falta de voluntad política para cambiar esta realidad. Los niños necesitan saber cuándo una caricia no es normal, cómo defenderse y cómo denunciar. Hay un tema de enfermedad social que tenemos que asumir. Tenemos muchas mujeres bajo tierra por un aborto practicado producto de una violación. ¡Esto no puede seguir pasando en el 2013!

- El derecho al aborto,  ¿es otra de las deudas del Estado chileno? ¿Qué estatus tiene actualmente?

-El aborto en Chile siempre ha estado muy tirado a los valores conservadores, por lo tanto no está en la palestra a nivel de derechos, ni mucho menos a nivel legislativo, del discurso colectivo que ha permanecido excluido por todos los gobiernos desde la dictadura de Pinochet. Todos los intentos de reforma se quedan en el camino, no pasa de la Cámara Alta de Diputados.

-Han transcurrido casi tres décadas desde que Augusto Pinochet abolió el derecho al aborto en todas sus posibilidades. ¿Qué ha implicado esto para las mujeres chilenas?

-En los tiempos de la dictadura, cuando se abolió esa ley, muchas mujeres cayeron detenidas porque existía la Ley Maldita que establecía que las mujeres para poder comenzar a trabajar tenían que llevar un examen de que no estaban embarazadas. Y ante la necesidad, miles de mujeres se hicieron abortos en condiciones inhumanas, además fueron denunciadas y posteriormente encarceladas.

- ¿Y en la actualidad?

-Hoy día esta realidad no es diferente. Seguimos teniendo un Estado que mantiene en jaque y mate a las mujeres. La diferencia está en que ahora tenemos un mercado negro por internet, en el que se pueden comprar las medicinas necesarias para tener un aborto, y eso es algo que ya resulta cotidiano en el país.

- ¿De qué manera funciona este mercado negro?

-Si colocas en internet que quieres comprar las medicinas para abortar, esto te sale en unos 40 euros y se puede comprar en el mercado negro las veces que quieras. Es una opción para las mujeres con recursos económicos limitados. Pero si tu vas a una clínica privada, el médico te ingresa por otro diagnostico y no tienes que comprar nada. Hay una sub-registro en este sentido. En Chile lo que ha bajado es la muerte por el aborto, pero no ha bajado el aborto en sí.

- ¿Qué estadísticas manejan en este sentido?

-No existen tales estadísticas porque estos sub-registros lo imposibilitan. En el 2011-2012 hubo 4 muertes por aborto. Pero cuando se dice que se ha disminuido el número de muerte no es porque haya una excelente Ley, ni porque las mujeres lo descartan, todo lo contrario, se debe a la existencia de productos que se compran en el mercado negro y que garantizan un mínimo de prevención de infección, entonces las mujeres llegan al hospital con un aborto consumado. Nosotras como matronas tenemos como política el brindar un trato humanizado a estas mujeres que ingresan, nosotras no podemos preguntar si se lo hizo y ni por qué, nada de eso, tenemos que rescatar esa vida y nada más, y respetar la decisión, porque en este mundo nadie se hace un aborto porque quiere, nadie. Eso lo puedo asegurar.

-¿Y el Estado no persigue a estas mujeres o incluso a las matronas que no denuncian?

-Por suerte la fiscalización no llega a tanto. Aquí por ahora respetan la confidencialidad entre la matrona y la paciente. Nosotras estamos obligadas a denunciar, pero nadie lo hace. Aunque la Ley es dura porque castiga desde la intención, así que como mínimo tendría que cumplir 5 años de cárcel.

- Y en este contexto en el que viven las mujeres chilenas, ¿qué papel juega el Colegio de Matronas y Matrones de Chile?

-Primero te tengo que explicar que, en Chile, la ley establece que las mujeres de bajos recursos las vemos primero nosotras y luego las referimos al médico, y al restante hacemos acompañamiento, por lo que estamos presentes en el 100% de los ingresos hospitalarios de maternidad, tanto en el sector público como privado, por lo que nuestra voz tiene que ser escuchada.

-¿Y qué tienen que decir?

-Tenemos muchas cosas que decir al Estado. Pues si una mujer tiene la noticia de que su embarazo no tiene viabilidad porque va a morir al nacer o va a morir antes, pues esta mujer tiene el derecho a decidir si quiere o no a continuar su embarazo. Si una mujer es violada también tiene derecho a decidir, pero todo esto en Chile no está legalizado. En caso del aborto terapéutico, los médicos están con las manos atadas. Entonces no puede ser que Chile teniendo las maravillosas estadísticas de salud reproductiva no abra el debate para legalizar el aborto en estas tres formas. Así que alzamos nuestra voz para que se discuta una Ley que hace mucho daño.

Fuente: Lavanguardia.com - | Por Melissa Silva Franco - Santiago de Chile - 12/07/2013

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