No son extraños los usos de avales cruzados, incluso entre personas que no se conocen, que se destapan cuando una de las dos personas deja de pagar la hipoteca, o poderes llamados “de ruina”, en el que el ciudadano da facultades a terceros para que gestionen en su nombre las acciones necesarias para comprar una vivienda y que se convierten en carta blanca para cometer fraudes.
Llegados a esta situación, es absolutamente necesario, para restituir los derechos vulnerados, acudir a los Tribunales, depurar responsabilidades con el fin de destapar el engaño e intentar eximir a los ciudadanos de obligaciones que no sabían que estaban contrayendo.
Como medida de prevención, que evitará muchos problemas, algunos extremadamente sangrantes, es recomendable acudir a un profesional, que revise los términos de esa operación para que se pueda llevar a cabo sin ningún riesgo y asegurar que lo que están adquiriendo es una vivienda, y no una hipoteca o crédito que no dará como resultado la propiedad en un futuro.
Si no se conoce el idioma en el que se está realizando una compraventa, las posibilidades de no conocer las consecuencias son elevadas y por regla general, conllevan una situación terrible: que el ciudadano extranjero sea engañado y desprovisto de su dinero.
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Isabel López Ramos (18/10/12)
Abogada
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